El paro de las obras decretado por el Gobierno por la crisis del coronavirus dejó ayer en casa a 121.000 trabajadores valencianos. Solo un 12 % de las obras de la Comunitat Valenciana sigue en marcha porque son de interés general o urgentes al estar vinculadas a proyectos sanitarios o porque se tienen que apuntalar antes de cerrar por completo, según precisó ayer el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España. Francisco Zamora, presidente de la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec), lamentó que el paro supone un «mazazo» para el sector y advirtió de que muchas empresas no van a poder pagar a sus trabajadores. En las tres provincias valencianas hay 15.300 empresas vinculadas a la construcción.

Zamora precisó que en la C. Valenciana trabajan de forma directa 87.000 personas en la construcción y otras 50.000 lo hacen de manera indirecta. Descontados los trabajadores que siguen en las obras que no han parado, 117.000 obreros valencianos se vieron ayer obligados a permanecer en sus casas. «Supone un grave problema porque las empresas tienen que seguir abonando el salario. Son empresas que van al día y esta medida les supone un golpe muy fuerte», insistió Zamora.

El representante de la patronal de la construcción señaló que desde la crisis de 2008 tienen cerradas las puertas de la financiación. «Veo el futuro muy negro. En la obra pública hay una competencia muy grande y las empresas están trabajando casi sin margen de beneficio. No tenemos una bola de cristal para saber qué va a pasar, pero necesitamos ayudas» para que el sector no se hunda, advirtió. Zamora reclamó al Gobierno que en este período se haga cargo de los salarios, abra una moratoria para el pago de impuestos y ofrezca un crédito especial para el sector.

El representante de los constructores destacó que cerrar una obra es más complicado que parar una fábrica. «Hay que asegurarlo todo para evitar que se produzca algún accidente. Además, para retomar la actividad se necesitan como mínimo cuatro o cinco días», señaló Francisco Zamora.

La patronal de contratistas de obra pública de la Comunitat Valenciana también era partidaria de continuar con las obras en marcha extremando las medidas de seguridad.

Por su lado, los promotores valencianos estaban divididos entre los que creían que era necesario el paro para garantizar la seguridad de los trabajadores y los que temían las repercusiones económicas. La promotora Ática, que lidera Vicente Llácer, paralizó sus obras tras la declaración del estado de alarma.