La Universitat Politècnica de València (UPV) ha liderado el desarrollo de un nuevo ventilador mecánico, listo ya para su rápida producción industrial y que dotará de estos dispositivos a los hospitales para el tratamiento de pacientes críticos afectados con la covid-19. El ventilador se ha diseñado en apenas diez días, ya está validado en el laboratorio y listo para producirse a gran escala cuando se obtenga el permiso de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

En este sentido, la agencia indicó ayer que antes de empezar la fabricación se tiene que hacer un ensayo preclínico con algún animal, según explicó a Levante-EMV Javier Saiz, director del Centro de Investigación e Innovación en Bioingeniería (Cis2B) de la UPV y coordinador del equipo que ha desarrollado el ventilador. «Y cuando lo tengamos -añadió Saiz- habrá que completar la documentación, remitirla a la agencia. La gran pregunta es cuándo podremos empezar la fabricación, y la respuesta es que esperamos que sea pronto».

La función del ventilador es mantener el ciclo respiratorio de pacientes con el virus en situación crítica y cumple, según subrayó Saiz, «con los requerimientos médicos necesarios para teste tipo de pacientes, y permite su ajuste a las características de cada paciente de una forma sencilla. El personal sanitario puede seleccionar el volumen de aire y la frecuencia del ciclo respiratorio, entre otros parámetros. Además, cuenta con diferentes alarmas que permiten el adecuado control de estos pacientes y podría utilizarse como solución de emergencia en aquellas situaciones en las que no fuera posible usar el respirador comercial». El investigador subrayó que el dispositivo de la UPV «no pretende competir con los respiradores comerciales, hechos por gente expertísima y que lleva años trabajando en esto, sino solo dar un servicio».

Los investigadores se han esforzado en presentar un equipo cuyo diseño «facilita a las empresas una fabricación rápida y sencilla», afirma Carlos Atienza, director de innovación de Tecnología Sanitaria del (IBV) y coordinador del desarrollo mecánico del ventilador.

La Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana y el Clúster de Automoción AVIA están coordinando a varias firmas dispuestas a llevar a cabo la producción en serie de los equipos. «Estamos trabajando el paralelo a las empresas para que una vez tengamos los permisos de la Agencia de Medicamentos empezar a fabrica inmediatamente», añadió Saiz.

Junto al equipo de la UPV, en el diseño, prototipo y validación del ventilador han participado investigadores del Instituto de Biomecánica (IBV) y el Instituto Tecnológico Aidimme, además de expertos en tecnología de ventilación mecánica del Ciberes-Universitat de Barcelona, y del Grupo de Investigación en Anestesia del Instituto de Investigación Sanitaria (Incliva) del Hospital Clínico de València. «No he contado las horas que hemos invertido en este trabajo -indicaba Saiz- pero sí puedo decir que solo hemos parado lo justo para dormir y comer y que hemos parado nuestros propios trabajos para hacer esto. Pero si ayudamos en algo, creo que todo este esfuerzo habrá valido la pena».