La inédita crisis sanitaria que prácticamente ha paralizado la actividad económica del país va a tener unas consecuencias enormes para la Comunitat Valenciana, hasta el punto de que la autonomía, si la crisis del coronavirus se extiende dos meses, como parece más que previsible, perderá 210.000 puestos de trabajo y más de 9.000 millones de riqueza. Lo nunca visto. El director y el director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, Francisco Pérez y Joaquín Maudos, respectivamente, publicaron ayer un informe en el que sitúan el impacto de la pandemia en un máximo del 10,8 % en cuanto al empleo y del 9 % en el Producto Interior Bruto (PIB). En ambos casos en el escenario más adverso. La única alegría es que las medidas que está poniendo en práctica el Gobierno implican que evitar transitoriamente o compensar de forma parcial ambos efectos.

Tras analizar la situación en los diferentes sectores -no es lo mismo la hostelería y la construcción, ahora totalmente paradas, que la agroalimentación, a pleno rendimiento- los autores del estudio estiman que el PIB anual valenciano se contraerá un 3,2 % en el escenario base y un 5,3 % en el adverso si la pandemia dura solo un mes, del que ya hemos consumido casi veinte días. La magnitud de la caída es casi idéntica a la del conjunto de España -un 3,2 % y un 5,2 %, en cada caso- porque la composición del Valor Añadido Bruto (VAB) de uno y otro territorio es "parecida". Para calibrar la dimensión de la tragedia basta con recordar que el PIB español se contrajo un 3,9 % en 2009, el año más duro de la Gran Recesión.

Como la previsión de crecimiento oficial para este año estaba situada en el 1,6 %, los responsables del IVIE consideran que si "la epidemia vuelve a la normalidad (relativa) en un mes, la caída anual del PIB valenciano sería del 1,6 % en el escenario base y del 3,7 % en el adverso". Traducido a números y partiendo del hecho de que el VAB de la autonomía asciende a 100.434 millones de euros, esos porcentajes se traducen en una pérdida de riqueza de entre 1.606 y 3.716 millones solo como consecuencia de la crisis del coronavirus. Sin embargo, la expectativa, dados los antecedentes temporales de China o Italia, es que la parálisis de la actividad se extienda al menos otro mes. En ese caso, si vamos a dos meses, el IVIE eleva al 4,8 % en el escenario base y al 9 %, en el adverso, la caída del PIB, lo que se traducirá en una pérdida de riqueza de entre 4.820 y 9.039 millones.

El impacto sobre el empleo es también considerable. La caída mensual de los puestos de trabajo será del 3,7 % y el 5,4 % en cada caso, es decir, entre 72.335 y 105.570 de un total de 1.955.000 ocupados. Se trata de porcentajes ligeramente por encima de la media española -3,5 % y 5,2 %- porque en la "Comunitat Valenciana predominan algo más las actividades intensivas en empleo". No obstante, los números empeoran cuando el impacto de la crisis se extiende a dos meses. En ese caso, los porcentajes crecen al 7,4 % (escenario base) y al 10,8 % (adverso), lo que supone una pérdida de entre 144.670 y 211.140 puestos de trabajo.

Pese a todo, Joaquín Maudos explicó ayer a este diario que los datos de este impacto se convertirían en una realidad imparable si no fuera por las medidas que está aplicando el Gobierno para contener la crisis. Por un lado, muchas de las iniciativas van a permitir compensar la pérdida de renta que están sufriendo muchos ciudadanos. Por el otro, la presentación de ERTE va a evitar transitoriamente la pérdida de empleos.