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"Hay niños con TEA que han llegado a autolesionarse por no salir a la calle"

La asociación Astea Safor aprueba que las familias utilicen distintivos para que las personas con autismo no sean increpadas - El aislamiento quiebra sus rutinas y les provoca serias alteraciones

"Hay niños con TEA que han llegado a autolesionarse por no salir a la calle"

En ocasiones, salir a la calle en pleno confinamiento no es un capricho. Existen colectivos que necesitan seguir unas rutinas que incluyen pisar la vía pública. Entre estos se encuentra el de personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). En las últimas semanas ha surgido una iniciativa para que niños, niñas y personas adultas afectadas por este trastorno puedan pasear unos minutos por la calle sin ser increpados.

Desde que se decretó el estado de alarma y el confinamiento han proliferado los «policías de balcón», es decir, personas que se dedican a insultar y amenazar a quienes caminan por a vía pública sin conocer si motivo por el que lo hacen está justificado.

En ocasiones, estos transeúntes son personas con autismo que necesitan salir a la calle, aunque sea a escasos metros de sus casas, para no entorpecer unas pautas que les mantienen tranquilos, como explicaba a este periódico Diana Server, presidenta de la asociación Astea Safor, que aglutina a familiares de personas con TEA de esta comarca. En la propia asociación, hay quien ha sufrido este tipo de rechazo, como un matrimonio que salió a pasear con su pequeña y recibió la visita de la Policía Local porque alguien la avisó. «Menos mal que nos conocían y no pasó nada, pero la niña se asustó y ahora salimos al jardín de casa», expone la madre.

Server recuerda que una de las características de las personas con este trastorno es que necesitan conocer en cada momento lo que van a hacer. «Son niños y niñas con rutinas muy cuadriculadas. Si todos los días salían a la calle, tienen que seguir haciéndolo, aunque sea unos minutos, porque no entienden los cambios, no saben lo que es adaptarse». «Para ellos, retocar su vida es como volver a empezar». Server pone un ejemplo de hasta qué punto es importante seguir unas pautas estrictas: «estrenar zapatos nuevos puede suponer un trastorno».

Con esto, los padres y madres de niños y niñas con autismo quieren demostrar que salir a la calle es una necesidad porque no hacerlo puede ocasionar serios problemas a la familia. «Hay quien ha llegado a autolesionarse». Otros gritan por las noches sin explicación y cuenta el caso de una asociada, cuyo hijo «se da golpes con la cabeza contra los cristales». Desde Astea Safor, en todo caso, remarcan que «lo que no hay que hacer es increpar nunca a una persona que vaya con un niño por la calle porque a lo mejor es una madre o padre que no pueden dejarlo solo en casa».

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