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"Marca mucho notar el miedo de los enfermos"

La fallera mayor de Sueca, Alicia Falcó, trabaja como enfermera entre los pacientes de coronavirus ingresados en el Hospital de la Ribera

"Marca mucho notar el miedo de los enfermos"

La sociedad al completo alaba cada día la labor de los sanitarios durante la crisis del coronavirus. Éstos, a su vez, elogian la actitud de sus pacientes. «Resulta muy impactante la fuerza que tienen las personas que se enfrentan a esta enfermedad pese al miedo que tienen. Noto ese miedo y es algo que te marca mucho», reconoce Alicia Falcó, enfermera en el Hospital de la Ribera y fallera mayor de Sueca.

El miedo a lo desconocido es inherente a la condición humana. Y la llegada de una enfermedad es una de esas situaciones capaz e infundir temor a cualquiera. «Ni el país ni nuestro sistema sanitario estaba preparado para hacer frente a esta situación. Tampoco la sociedad, que debe permanecer encerrada», expone Alicia, que prosigue: «Al principio pensábamos que no sería tan grave, que afectaba sólo a gente mayor o en riesgo, que sería como una gripe... Pero de la gripe tenemos conocimientos, mecanismos de prevención y vacunas. Pero lo cierto es que te paras a mirar las cifras de infectados y fallecidos y te asustas, esto es como una película de terror».

El aislamiento en los hogares parece un suplicio, pero no se acerca al de los pacientes. «La gente enferma no puede estar acompañada por sus familiares ni por otros pacientes porque supondría duplicar el riesgo de contagio. Se ponen la televisión y no paran de ver que muchas personas están muriendo por su misma enfermedad, por eso hay mucha gente que lo primero que te pregunta es si se va a salvar. Yo, cuando acabo mi turno, puedo irme a mi casa, pero ellos no saben cuántos días van a estar ingresados», relata la joven enfermera. «En esos momentos, intentas transmitirles calma, que estás con ellos, pero no es lo mismo. Con mascarilla no puedes dedicarles una sonrisa, con los protectores faciales empañados por tu propia respiración no puedes compartir con ellos una mirada, con los guantes tampoco puedes transmitir todo el cariño a través del tacto... Para ellos debe ser terrorífico», admite compungida.

Guerra contra el 'bichito' invisible

Como muchas personas del colectivo fallero, Alicia esperaba vivir un mes de marzo repleto de emociones. Y no ha podido ser. «Cuando vi que se suspendía el Carnaval de Venecia me imaginé que con las Fallas ocurriría lo mismo. Al principio sólo podíamos pensar en eso y hemos visto que esto iba mucho más allá. Aunque me había pedido días libres, decidí reincorporarme al trabajo para ayudar. Trabajo en la parte derecha del hospital de Alzira, que fue la primera que se habilitó para combatir la pandemia y, sinceramente, será todo un honor poder decir que yo luché contra el coronavirus», comenta al respecto.

Con todo, tiene claro que ya nada será lo mismo. «Esto creará un antes y un después. Yo de pequeña veía en la televisión las guerras y me asustaba, pero me dijeron que siempre nos encontraríamos con situaciones difíciles en la vida pero que todos podemos ayudar. Desde entonces me quise dedicar al mundo de la sanidad y ahora veo que esto es como una guerra sin armas contra un 'bichito' invisible que nos hace la vida imposible. Pero estamos viendo lo mejor de los pueblos y, de esta, saldremos más fuertes. Seguramente seremos más conscientes de la importancia de la higiene y la desinfección y, poco a poco, perderemos ese respeto a acercarnos a la gente», concluye.

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