Simón Copoví no entraba a priori en el perfil de lo que se conoce como población de riesgo. El gerente de la cooperativa agroalimentaria de Llutxent-Otos tenía 54 años y muchos planes por delante cuando la infección respiratoria provocada por el coronavirus se llevó su vida por delante, el pasado lunes. Su inesperado fallecimiento ha unido en el dolor a los 2.800 habitantes de los dos pueblos de la Vall d'Albaida que primero lo adoptaron como un vecino más y que ahora le preparan un homenaje para cuando la amenaza del «bicho» desaparezca del horizonte. «Ha sido todo muy rápido. Cuando nos dieron la noticia no nos lo creíamos», lamenta aún consternado uno de los integrantes de la junta de la cooperativa donde Copoví, agricultor de raza, había volcado todos sus esfuerzos desde 1994 para situar a la entidad como una de las más punteras de la comarca.

«Ha sido una pérdida irreparable en lo personal y en lo profesional por su trayectoria cooperativa», expone Juanjo, que tuvo el «placer» de trabajar con él mucho años. «Puedo decir que era una gran persona, trabajador incansable y fiel servidor de la cooperativa y de sus socios». Divertido, jovial, apacible y trabajador. Son epítetos utilizados habitualmente cuando alguien muere, pero en el caso de Simón se ajustaban fehacientemente a la realidad. Nació en la Pobla Llarga, pero vivía en Otos, a pocos pasos de la cooperativa, junto a su mujer Reme y su hija Ariadna, que toca en la banda de música del pueblo. Cuando se mudó a la comarca, no le costó mucho ganarse el cariño de los lugareños. Se integró rápidamente en el tejido social: formaba parte de la Filà Raboses de Llutxent y era toda una institución en las fiestas de Moros y Cristianos de esta localidad.

El aprecio que se le profesaba más allá de las fronteras de la Vall d'Albaida se ha demostrado en los últimos días con la infinidad de mensajes de condolencias que han poblado las redes sociales ante la impotencia de quienes lamentan no haber podido despedirse de él ni expresar su pésame en persona a la familia. Los Ayuntamientos de Llutxent y Otos le han rendido sentidas palabras y han anunciado el duelo y un futuro reconocimiento. El pesar lo expresa a la perfección la que fue alcaldesa de Llutxent durante 12 años, Jeanette Segarra.

«Ha sido una noticia difícil de digerir. Simón es una persona querida y todos estamos pasando rabia e impotencia. Esto pasará, pero está siendo muy duro. Donde esté seguro que será querido». También la operadora hortofrutícola Anecoop ha dedicado a Copoví una emotiva carta de despedida. «Era un hombre de consenso y llevaba el espíritu cooperativo en sus venas. Lo demostraba continuamente en su actividad diaria».