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"Llegar al hotel fue un subidón... me duché, pero en seguida noté el silencio"

Estefanía Berlanga relata su experiencia al convertirse en una de las primeras enfermas derivadas a un hotel medicalizado por el Consell

Estefanía, en la habitación del hotel medicalizado en el que permanece en cuarentena. levante-emv

«El primer día que llegué al hotel fue un subidón: me habían dado el alta hospitalaria y era como estar ya en el otro lado. Me dí un baño caliente y fue una sensación maravillosa después de siete días en el hospital. Es un hotel cuatro estrellas, con mucho confort, una cama grande. Pero fue llegar y notar el silencio. A nivel físico es un placer, pero conforme pasan los días, sigo encerrada, aislada y sobre todo este silencio. Emocionalmente es muy duro».

Con estas palabras explica su experiencia Estefanía Berlanga, una de las primeras pacientes valencianas en ser derivada a uno de los hoteles medicalizados que ha habilitado la Generalitat para acoger a enfermos de coronavirus que ya están fuera de peligro, pero que siguen teniendo que estar en cuarentena y bajo vigilancia médica.

Estefanía lleva 'hospedada' en un céntrico hotel de València desde el pasado jueves y si todo va bien en poco más de una semana pondrá fin a un periplo del que saldrá limpia de virus, pero tocada emocionalmente al menos durante un tiempo, sobre todo, como ella explica, «por lo que vi en otros pacientes». Y no es que lo suyo haya sido un camino de rosas.

«Feminismo. Cocina. Escritura. Clown. Impro. De origen MX. Escribo y hablo castellano pero siento en valenciano. Tin el cor encés en flama» . Así se define en Twitter esta joven de 26 años nacida en Méjico pero residente en España hace seis, cuya vida comenzó a desbaratarse el pasado nueve de marzo. «Ese día empezó el malestar, tuve febrícula y como soy cocinera en un restaurante, me pareció que por responsabilidad debía llamar al número habilitado para el coronavirus».

Fue el primer contacto con las autoridades sanitarias, pero aún tuvo que visitar dos veces más un centro (primero de atención primaria y después, hospitalario) para que ya con un estado avanzado de la enfermedad (tuvo todos los síntomas: fiebre, tos y dificultad respiratoria), su caso fuera atendido y tratado como coronavirus.

Atención sanitaria excelente

«Seis días después de los primeros síntomas fui al hospital porque me animaron mis compañeras de piso preocupadas por mis pulmones. Estaba apática, pensando que para qué iba a ir, por dos veces me habían dicho que tenía un cuadro común de gripe». En el Hosptial Clínico la placa del torax confirmó la neumonía y el segundo test, el temido positivo. Estefanía quedó en aislamiento y con oxígeno en una suerte de «limbo» dentro del hospital. Allí y pasando por diferentes salas (a veces sola y otras compartiendo habitación) ha permanecido casi una semana.

Habla de una atención sanitaria «excelente», aunque tiene grabado a fuego el caso de una médica contagiada con la que compartió habitación y que acabó pidiéndose el alta voluntaria. Cuenta Estefanía, que esta sanitaria, con toda la familia infectada, tuvo una reacción adversa a los medicamentos y pasó toda una noche con espasmos sin que la atendieran. «Igual tenían mucha carga de trabajo, pero me impactó que sus propios compañeros de trabajo no fueran a verla, estaba fatal y yo, que me encontraba mejor, intenté ayudarla». Estefanía cree que en esta crisis se está ocultando algo preocupante: los fuertes efectos secundarios que tiene la medicación que se administra a las personas enfermas.

Ella se sabe ya en el final del túnel, pero más de veinte días aislada le están pasando factura. «Es lo más duro», relata y cuenta la angustia de su familia que ha vivido su enfermedad desde Méjico sin poder cuidarla. Estefanía admite que estar en un hotel es más cómodo que un hospital, pero la soledad se siente aún más: «En los hospitales hay mucho trasiego», aquí estas sola, en silencio».

Ella entró en el hotel junto con otro paciente derivado del Hospital Clínico y formó parte de una remesa de seis primeros huéspedes. «La llegada fue extraña. Nos trasladaron en ambulancia y los celadores nos subieron a la habitación. El personal se veía nervioso».

Estefanía no tiene contacto con nadie. No sabe a ciencia cierta cuantas personas están alojadas porque no sale para nada de la habitación. De forma protocolaria recibe la visita médica correspondiente para tomarle la temperatura y controlar que está bien. Todas las mañanas le limpian la habitación y le traen la comida, mientras que ella permanece en la cama o en una esquina de la habitación, cerca de la ventana con una mascarilla puesta.

Rutinas diarias

La joven trata de sobrellevar el tiempo que le queda con algunas rutinas diarias, como por ejemplo con ejercicios de estiramientos y, sobre todo, «una lucha diaria por mantenerme bien a nivel emocional y mental». Y, por su puesto, el móvil como gran aliado. Ese dispositivo la tiene vinculada a un mundo que gira también erráticamente. «Hago videollamadas con mis amigas, ellas son las que me sostienen», relata.

La empatía también se le ha acentuado. Estefanía no es una influencer. Su cuenta de twitter refiere unos 330 seguidores, pero hace cuatro días uno de sus tuits fue rebotado por más de 500 personas y mientras que 3.600 le dieron me gusta. Lo que ese domingo escribió Estefanía en su móvil fue sencillo, un gesto de agradecimiento hacia ese batallón de personas que están ayudando a salir de la crisis, pero desde una segunda fila: @Hospital La Fe. Llevo aislada/hospitalizada por Covid-19 desde el 20 de marzo. Podéis hacerle saber a lxs cocinerxs que la pella de hoy me ha dado una alegría? Estaba muy buena».

«Es que la disfruté un montón, creo que las cocineras y los cocineros de los hospitales están haciendo un trabajo muy bueno. Siempre me habían dicho que la comida del hospital era mala, pero no lo veo así, es bastante decente», reflexiona una joven que, sobre todo, tiene claro que es lo prioritario en la vida.

¿Qué es lo primero que te gustaría comer cuando salgas de aquí? Estefanía no duda cuando se le hace esta pregunta: «Un buen corte de ternera, pero sobre todo, lo haría en compañía, lo prioritario para mi ahora es estar con mis amigas», cuenta.

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