El debate sobre el uso de mascarillas como método de contención a la expansión del coronavirus llevaba varios días presente entre la comunidad científica. Mientras la Organización Mundial de la Salud se resiste a introducirla en sus recomendaciones ante la covid-19, cada vez más virólogos sugieren la importancia de su utilización. El debate saltó ayer a la Moncloa. Por la mañana Fernando Simón, asesor principal del Gobierno en la gestión de la crisis del coronavirus, abrió la puerta a la implantación de esta medida y por la tarde el ministro de Sanidad, Salvador Illa, fue un poco más allá. Illa aseguró que «probablemente» en los próximos días el Ejecutivo «recomendará» llevar mascarillas por la calle, los transportes o los centros de trabajo.

Si bien, avisó de que es una medida que «no está decidida todavía» y que no quiso «anticipar» ya que se comunicará cuando se tome. A este respecto, Pedro Sánchez, tras reunirse con el comité de gestión de la crisis y el órgano asesor de científicos, informará hoy a la oposición de si alarga el estado de alarma 15 días más.

«Aprender» de Japón

Simón había admitido que habrá que mantener unas «semanas más» algunas de las restricciones impuestas hasta la fecha para frenar los contagios entre la población, tras explicar que la decisión de prolongar el estado de alarma más allá del 12 de abril «no depende de los técnicos». Fue entonces puso por primera vez sobre la mesa la opción de llevar mascarilla por la calle si se relaja el confinamiento. «A partir de ahora podemos mantener esta misma línea [en referencia a las medidas restrictivas] o asegurarnos de que la forma en que contactamos evite la transmisión», explicó el experto.

Esta última opción implicaría, en su opinión, «aprender» de sociedades orientales como la japonesa cuyo Gobierno, ante brotes de gripe, pide a los enfermos que usen mascarilla, y por tanto acostumbrarse a usar «equipos de protección personal en la medida en que estén disponibles en grandes cantidades». «Tenemos que aprender a reducir los contactos de riesgo», zanjó.