La crisis sanitaria de la covid-19 y el estado de alarma han pillado a una familia francesa que viaja en caravana con una anciana de 103 años en Bellús. La familia, el matrimonio formado por Thierry y Fosca Lauriol; la madre de él, Domenica Cavana, de 103 años; y la hija del matrimonio, Fiona, llevan dos años viajando por Europa —la anciana ha celebrado los 101, 102 y 103 años durante esta aventura viajera y en la caravana han colgado carteles con este reto y los aniversarios de la abuela— y ahora regresaban a Francia. En el trayecto de vuelta a casa pararon a descansar en el área de pernocta de Bellús y allí les sorprendió el decreto de alarma. La familia reside en La Faute-sur-Mer, en la costa oeste francesa, y ante un viaje de tres días hasta llegar allí, con la anciana y con la incertidumbre de no saber cómo están las fronteras y cómo se pueda desarrollar ese viaje de vuelta, han decidido quedarse en Bellús hasta que se normalice la situación, según explica la alcaldesa de la localidad de la Vall d'Albaida, Susana Navarro. De este modo, pasarán el confinamiento en un enclave rural, apacible y tranquilo.

La primera edil de Bellús, que ha visitado el área de descanso y se ha interesado por el estado de los caravanistas, señala que la anciana «está en perfecto estado de salud, no ha precisado atención médica». El matrimonio francés, de unos 60 años, y la hija, de 38, «salen de la caravana, aunque no del área, que está cerrada. El hombre va a comprar, en Bellús hay comercios abiertos, pero también acude a Xàtiva, a supermercados, «para adquirir productos para el cuidado de la abuela», detalla la alcaldesa, que señala que ante el corte por obras de la carretera que une el pueblo con Xàtiva por Bixquert, el francés le preguntó por otra vía alternativa para llegar a la capital de la Costera.

Además de estos franceses, en el área de descanso hay otras cuatro caravanas con familias extranjeras, entre ellas inglesas y alemanas. Una de las familias inglesas está a la espera de la salida de un barco desde Dénia para marcharse a mediados de este mes.

Uso de instalaciones de la piscina

El Ayuntamiento de Bellús, para facilitarles la estancia y que el tiempo que permanezcan en la localidad sea lo más cómodo y seguro posible para los usuarios, ha abierto el recinto de la piscina municipal —situado al lado—, para que dispongan de duchas con agua caliente, luz y un espacio en el que asearse. Para ello, se ha establecido un protocolo de uso y de limpieza de las instalaciones. Se ha fijado una lista con turnos para que los caravanistas no coincidan en el sitio y se mantengan las distancias de seguridad; y las duchas y aseos se limpian y desinfectan cada día.

Susana Navarro explica a Levante-EMV que tras decretarse el estado de alarma el consistorio cerró el área de pernocta (no es camping), y junto a las fuerzas de seguridad informaron a los usuarios (antes de la pandemia del coronavirus se apearon en el área viajeros europeos, de Taiwán y de Argentina) que podían regresar a sus casas. Algunos lo hicieron, pero otros, «al no saber hasta óonde podrían seguir el viaje, optaron, ante la comodidad del lugar y por seguridad, por quedarse en Bellús».