Ha muerto a causa de la Covid-19 el empresario Emilio Clemente Pérez. Nacido en València en 1942 en el seno de una familia hostelera, estuvo casado con María del Carmen Luján Pedrón durante 43 años y es el padre de Sergio, Laura y María del Mar, y el abuelo de Emilio, Luna del Mar y Lara.

Inició estudios en Ingeniería Agrónoma, pero por el fallecimiento de su padre tuvo que hacerse cargo de los locales de hostelería familiar con tan solo 23 años. Fruto de su inquietud y su capacidad de emprendimiento empezó a importar máquinas de pinball y a instalarlas en diferentes locales de la geografía valenciana. Montó salones recreativos, tanto en la ciudad de València como en el Perelló y otras localidades.

Empresario que supo diversificar su principal actividad (el sector del juego), se dedicó a la agricultura, la construcción y a la enología, fundando la Bodega Emilio Clemente y la constructora Belvalle. Fue administrador de varias sociedades, entre ellas la matriz, Ensanche, dedicadas al sector del juego y el recreativo y la fabricación de máquinas de tipo B. Fue capaz de internacionalizar su actividad mediante bingos en países como Albania y Rumanía. Presidente de Andemar Comunidad Valenciana (Patronal máquinas B CV) durante dos mandatos y miembro de la CEV, fue un empresario con una gran intuición y valía. Aunque jubilado desde hacía casi 10 años, siguió de cerca la actividad de todas ellas, pues para él eran el fruto que recogía desde bien joven. Si hay algo de lo que siempre se sintió orgulloso fue de su familia, a la que amaba con todo su corazón.