La verdadera llave de protección ante el coronavirus está en la nutrición y también ésta ayuda a reforzar el sistema inmunológico en caso de contagio del Covid-19 u otras patologías. Por ello, uno de los mejores aprendizajes que el confinamiento puede dejar en los hogares es el cambio en la lista de la compra y en el menú semanal, con una apuesta por los alimentos en su forma natural, frescos, de proximidad y de temporada; con la eliminación de los alimentos procesados y las bebidas refrescantes o estimulantes. Al menos, así opinan Jesús Sanchis y Lucía Redondo, dos nutricionistas del Instituto Valenciano Digestivo que ya han asesorado a varios médicos de hospitales valencianos sobre qué alimentación es la ideal para pacientes con coronavirus.

Tal y como han mostrado los expertos en sus investigaciones, una buena salud del aparato digestivo y, concretamente de los microbios que en él habitan (la microbiota intestinal), es fundamental para un buen funcionamiento del sistema inmune. Para ello, la clave está en la alimentación prebiótica con alimentos fermentados como el kéfir, el yogur, el chucrut y los encurtidos. «Si a ello añadimos el colorido y la variedad de hortalizas y los frutos rojos como arándanos, cerezas, frambuesas, fresas o moras, nos aseguramos la ingesta de gran diversidad de polifenoles y fibras; grandes aliados de nuestra salud», apuntaba la nutricionista Lucía Redondo.

También abogan por tener en casa cantidad y variedad de hortalizas (alcachofas, berenjenas, calabacines, coles, espárragos, espinacas, puerros, zanahoria) y también frutas, especialmente de naranjas y kiwis, fuentes extraordinarias de Vitamina C, fundamental en los tiempos que corren. Pero también del resto de frutas de temporada.

Junto a ello, defienden menús en los que las carnes y los pescados deben ser de la mayor calidad posible y, aunque en esta situación contemplan los alimentos congelados o en conserva, la calidad a su juicio debe primar; todo ello, acompañado en porciones limitadas de boniato o patata asada.

La confección de una lista de la compra saludable, el desarrollo de la actividad física así como la exposición al sol, dentro de nuestras posibilidades en casa para así captar la Vitamina D, son otras de sus recomendaciones.

Horario de comidas

Ante la obligatoriedad de permanecer en casa, con niños y sin muchas posibilidades, también dejan claro que la despensa no puede convertirse en un espacio recurrente. De ahí que aboguen por controlar las ingestas en función de la necesidad y el desarrollo de un horario. «Igual que planificamos la jornada, con deberes, ejercicio físico, tiempo para tablets y juego; es importante planificar los horarios de comida y, una vez terminamos de comer, prohibido volver a entrar en la cocina hasta la próxima comida programada» apunta Jesús Sanchis.

Junto a esto, Lucía Redondo insta a las familias a ser responsables con la compra. «Aunque debemos aplicarlo siempre, ahora más que nunca hay que evitar los productos malsanos. En casa no debe entrar bollería, ni cereales, galletas, helados, patatas chips, panes industriales o sucedáneos de pescado y de carne como varitas de pescado empanado, croquetas o nuggets. También quedan fuera los yogures de sabores y/o azucarados, zumos, natillas, flanes, puddings o refrescos».

A pesar de ser conscientes de la dificultad del confinamiento y de la exigencia que comporta en la familia, los expertos en nutrición apuestan por vivirlo como una oportunidad de convertir la cocina en un espacio de convivencia saludable. «En vez de hacer siempre bizcochos y pasteles, los niños pueden participar en el proceso de elaboración de todas las comidas: ensaladas, brochetas de fruta con chocolate negro, verduras al horno€ Lavar verduras, colocar, aliñar o incluso cocinar», añadía Lucía Redondo.

Una de las indicaciones del Nutricionista de la Academia del Valencia CF, Jesús Sanchis, pasa por mantener la actividad física, dentro de nuestras posibilidades, y tener en cuenta que si la reducimos, también debemos bajar la ingesta de calorías. «Si te mueves menos, come menos.El ejercicio ayuda a potenciar el sistema inmunológico, a dormir mejor, liberar estrés y reducir ansiedad, cuidar huesos, músculos y articulaciones y a mantener o mejorar el peso», dice.

Conscientes de la complejidad de la situación y las alteraciones del estado de ánimo que puede llegar a generar el confinamiento, defienden darse pequeños regalos. «El chocolate con una pureza mínima de entorno al 80% con frutos secos es una opción. También está bien hacer un par de comidas libres a la semana (no días). Pizzas con masas caseras, hamburguesas, e incluso elaborar panes o algún bizcocho sin azúcar refinado y con dátiles, por ejemplo, para un desayuno especial. Pero es importante cocinar lo justo y que no sobre, cuando hablamos de comidas extra» afirma Lucía Redondo.

Aunque la autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, Marta Hugas, niega evidencias científicas de que los alimentos sean ruta de transmisión del virus, los nutricionistas abogan por tener un cuidado especial en los alimentos que consumimos crudos y animan a lavar y pelar tanto hortalizas como frutas antes de consumir. «Quizá, cuando todo esto pase, hayamos tomado conciencia de lo importante que son unos buenos hábitos de vida (alimentación saludable, descanso suficiente, buena gestión del estrés, practicar ejercicio físico, evitar tabaco y alcohol) para afrontar de la mejor forma posible los problemas. de salud», dicen.