El Ministro de Sanidad, Salvador Illa, reiteró ayer que el Gobierno «está estudiando» las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre aconsejar el uso generalizado en la calle de mascarillas, pero también afirmó que «no va a exigir nada que no se pueda cumplir».

Eso, que no se va a poder cumplir, es lo que pasará según las farmacias valencianas, desabastecidas de mascarillas desde antes incluso de que se decretase la alarma por la coronavirus y sin posibilidad a corto o medio plazo de renovar existencias para hacer frente a la demanda que ya existe. Una demanda que crecerá exponencialmente si el Gobierno generaliza su uso. Incluso la consellera de Sanidad, Ana Barceló, mostró ayer sus dudas ante la medida: «Si el ministerio marca que hay que salir a la calle con mascarilla se requiere un acopio de un número muy importante y debe facilitarlas», indicó.

Hay dos tipos de mascarillas: las quirúrgicas, que solo sirven para evitar contagiar a los demás pero que no protegen a su portador; y con protección respiratoria FPP3, FPP2 o FPP1, que filtran el 78 %, 92 % y 99 % de partículas víricas. Las dos últimas están reservadas para el personal sanitario y su distribución la controla la administración desde el pasado 3 de marzo.

«Actualmente, la mayoría de las farmacias valencianas no tienen mascarillas porque no hemos podido comprar por el cauce habitual y porque las que llegan se derivan a hospitales y residencias. Entendemos que son prioritarios pero no se puede desvestir a un santo para vestir a otro».

Así lo entiende Victoria González de Buitrago, vocal del Colegio Oficial de Farmacéuticos (Micof) de València y propietaria de una farmacia que realizó su última compra de mascarillas el 6 de marzo. «No se nos está facilitando la llegada de mascarillas a los pacientes y las farmacias no están en disposición de poder facilitarlas si después se plantea el desconfinamiento escalonado y se obliga a la gente a llevar mascarillas por la calle», asegura la farmacéutica.

El problema, explica González de Buitrago, viene de lejos, mucho antes incluso de que las noticias de los primeros casos en China aparecieran en los medios españoles. «La producción mundial de mascarillas es de unos 40 millones al día, de los cuales 20 se producen en China y además son de un solo uso la mayoría -explica la farmacéutica-. Desde enero empezamos a notar que llegaban menos mascarillas y al mismo tiempo que se multiplicaban por cinco las ventas en España por la demanda de la comunidad china».

Por ello, la representante del Micoflamentaba ayer que, ante el avance de la covid-19 en China y en Italia, las Administraciones no previeran en febrero tanto el actual desabastecimiento como el incremento desaforado de los precios.