El plan de choque activado por la Conselleria de Sanidad para atajar la sangría de contagios en las residencias valencianas deja en manos de cada departamento de salud la decisión de derivar a los usuarios más graves a hospitales o a geriátricos medicalizados, en función de las evaluaciones diarias que despliega el personal sanitario «caso por caso» y de si el geriátrico en cuestión garantiza las condiciones de aislamiento y atención requeridas para cada paciente. Sin embargo, tanto en el sector de las residencias como entre el colectivo médico han surgido voces en los últimos días que advierten de la disparidad en los criterios seguidos por cada hospital a la hora de decidir el ingreso (o no) de las personas más mayores.

Este debate surgió ayer en el marco de un desayuno virtual organizado por Levante-EMV en el que la Coordinadora Nacional de Gestión Clínica y Calidad Asistencial de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Inmaculada Cervera, llamó a «unificar» los protocolos de actuación y triaje para evitar situaciones de arbitrariedad. La doctora puso encima de la mesa la disyuntiva generada con determinados casos de enfermos mayores devueltos a residencias cuya hospitalización no se consideró adecuada, una problemática a la que añadió la falta de medios y respiradores para atenderlos.

«Hemos enviado a usuarios al hospital y a las 4 horas han vuelto a la residencia por no cumplir los criterios, por la ocupación de plazas o por la falta de camas libres. Se echa en falta una mayor homogeneidad y un criterio más claro para todos los departamentos de salud», comparte el presidente de la patronal de residencias (Aerte), José María Toro. «Cada hospital y su área de influencia tiene una manera de tratar la situación y puede pasar que el tratamiento sea distinto en función de cada caso», profundiza el dirigente.

Toro hace hincapié en que la capacidad de las UCI valencianas está lejos del colapso, por lo que considera que no debería aplicarse el «triaje selectivo» establecido por el Ministerio en caso de falta de recursos.«El dilema de quién entra en las UCI con respiradores no tiene sentido si hay camas vacías. No podemos dejar fuera del sistema sanitario a los mayores», enfatiza el presidente de Aerte. «La realidad de las residencias es diversa y no todas están diseñadas para la atención médica. Lo lógico es que a los enfermos se les atienda en un hospital», apostilla Toro.

La Conselleria de Sanidad niega rotundamente que se esté aplicando cualquier tipo de triaje selectivo en los hospitales. La secretaria autonómica de Salud Pública, Isaura Navarro, subraya que en cada departamento de salud se ha creado una Comisión Sociosanitaria integrada por profesionales multidisciplinares y clínicos que se reúne todos los días y decide si los pacientes de residencias deben ser trasladados a hospitales, hoteles medicalizados u a otras residencias «con toda la información» sobre la mesa. Navarro defiende que ya existe un protocolo de actuación en función del cual se valora a diario el estado salud de cada usuario y si conviene moverlo o no, atendiendo tanto a su estado de salud como a las características de cada geriátrico. Todos los centros se han inspeccionado para comprobar si garantizan las condiciones de aislamiento y cuentan con el material suficiente para asegurar el tratamiento adecuado de los enfermos. Además, también se valora cada día si hay que reforzar la asistencia sanitaria, ya de por sí ampliada en una docena de residencias intervenidas por Sanidad. «No estamos reubicando cosas, sino personas de edad avanzada y con la salud delicada. A veces trasladarlas a un hospital puede ser contraproducente», explica la secretaria autonómica, incidiendo en que el alivio de la carga en los hospitales ayudará a mejora la atención y en el «seguimiento minucioso y diario» que hacen los departamentos de las residencias, cuyos usuarios y trabajadores «van a ser prioritarios» a la hora de someterse a los nuevos tests rápidos.