La Organización Mundial de la Salud (OMS) no cuenta con evidencias que apunten a que la covid-19 se contagie por el aire, pero sigue recomendando a los estados que extremen las precauciones en determinados entornos porque se ha comprobado que se trasmite a través de pequeñas gotas respiratorias que expulsa una persona.
La OMS monitorea cuidadosamente todas las nuevas evidencias sobre el virus y los expertos recomiendan ventilar al máximo estancias que hayan sido ocupadas por personas portadoras en vez de recurrir a los sistemas de climatización. En este sentido, el Ministerio de Industria y Turismo ha remitido una circular a los establecimientos hoteleros de la C. Valenciana en la que se recomienda mantener una temperatura ambiente entre 23 y 26 grados, asegurando una renovación del aire suficiente. Además, insta a revisar el sistema de aire acondicionado y especialmente la limpieza y desinfección de los filtros.
Rafael Mínguez, ingeniero industrial, ha realizado un estudio sobre el tamaño y peso de las posibles gotas expelidas cuando se tose, se estornuda e incluso cuando se habla. Como este virus puede sobrevivir activo tres o mas horas en el aire sin caer al suelo, el estudio sostiene que el sistema de climatización podría arrastrarlo y contaminarse.
«Cuando una persona tose o estornuda, o simplemente respira, expele gotas de humedad -saliva- de tamaño diverso; unas más grandes pero otras de tamaño microscópico, invisibles para el ojo humano», razona Mínguez.
Este ingeniero considera que la teoría de que las gotas expelidas al toser o estornudar caen por su propio peso «no parece nada convincente, ya que con diámetros de gotas de hasta 500 micras, el peso es insignificante y cualquier corriente de aire, incluso la provocada por el movimiento de personas, puede hacer que dichas gotas permanezcan en el ambiente durante un periodo suficientemente largo».
Sobre todo porque no llegan a precipitarse sobre el suelo y una parte de ellas puedan ser recogidas por los retornos de los sistemas de aire acondicionado o ventilación, especialmente en aquellas salas en que es reciclado parte del aire.
Como ejemplo el estudio cita el papel de un cigarrillo, que suele ser de 15 gr/m2 y viene a pesar 32 miligramos, 61 veces más que una gota de 1mm de saliva que se ve a simple vista y casi quinientos millones de veces más que una gota de 5 micras de diámetro.
Por ello, insta a analizar y revisar los elementos de los sistemas de climatización y ventilación que puedan estar en contacto con ambientes infecciosos, restringiendo al máximo el uso del aire acondicionado que utilice parte del aire recirculado (casi todos). También pide que se verifiquen las posibles recirculaciones entre aire de extracción e impulsión de las instalaciones, además de las recomendaciones para mantener la distancia social y las medidas de higiene.
