El premio gordo a la insolidaridad y la falta de sentido común de cuantos han intentado (y conseguido) romper el cerco policial para llegar a una segunda residencia se lo lleva, sin duda, un madrileño de 23 años detenido el martes por la Guardia Civil de Oliva en Daimús, después de llevar varios días presumiendo en una red social de que había viajado de Madrid «a esta granja de cerdos llamada Gandia» sin que lo pillaran pese a tener «síntomas».

«Como mi hospital está lleno y tengo algo de síntomas, me he venido aquí. En un par de días, si no mejoro, me acercaré al hospital a ver qué me pasa». El joven incluso se jactaba de saltarse el confinamiento: «Mientras tanto, seguiré mis paseos rutinarios por la playita disfrutando del solecito, mientras tú te quedas en tu casa amargada sin salir. Jeje saludos...».

La gracia le ha servido para que la Guardia Civil, que, al igual que la Policía Nacional, está utilizando el monitoreo de redes sociales para detectar infractores del estado de alarma, localizase sin esfuerzo desde dónde escribía su 'hazañas', y el martes lo detuvo en colaboración con la Policía Local de Daimús por desórdenes públicos.

Casi al mismo nivel se sitúan otros dos madrileños, cazados el lunes en Xàbia, tras ser escuchados en un supermercado presumiendo de lo rápido y cómodo que había sido su viaje, dado el escaso tráfico. El martes, fueron 13, los foráneos denunciados ahí por la Policía Local.

La Marina es una de las comarcas donde más denunciados por escapar a apartamentos turísticos y segundas residencias está habiendo. Así, en Calp, la Policía Local denunció ayer a 7 turistas, todos ellos extranjeros y de 5 nacionalidades distintas. Eso sí, de entre 435 identificados.

Y en Dénia, fueron 5: tres miembros de una familia que tomaban el sol en la piscina de un apartamento, un hombre de otra comunidad autónoma no y un joven de València que confesó haber ido a Dénia para pasar unos días con sus padres.