El balance diario del Ministerio de Sanidad sobre la crisis sanitaria volvió a arrojar ayer un ligero repunte en el número de contagiados y muertos que comenzó el martes y que el Gobierno achacó a un retraso en la notificación del fin de semana. El cómputo de fallecidos ascendió ayer un 5 %, hasta las 14.555 personas, con 757 muertos nuevos en 24 horas, 14 más que los contabilizados el martes. Si bien, ese día la subida fue mucho mayor, con 106 fallecidos más respecto al día anterior. Y los cuatro días precedentes hubo una tendencia a la baja.

El número de contagiados ascendió un 4 %, hasta los 146.690 infectados, con 6.180 nuevos positivos, 702 más que el martes. La subida también es menor de la registrada ese día, cuando hubo 5.478 nuevos casos, 1.205 más que el día anterior. Además, el número de personas curadas ha aumentado un 11 %, con 4.813 altas nuevas, hasta las 48.021 personas. Las altas diarias se han doblado respecto a las registradas el martes (2.771), uno de los datos más esperanzadores y que además supone el mayor número absoluto.

Con todo, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, restó importancia al repunte y recordó que mientras el incremento diario de fallecidos la semana pasada fue del 9 %, esta semana es del 6 %. Por este y otros datos, insistió en que España «ha alcanzado el pico de la curva» y se encuentra en «fase de ralentización» de la epidemia.

Ante ello, el siguiente objetivo es «reducir aún más su propagación y los contagios» de forma que el número de altas supere al de los nuevos casos para que los hospitales, donde aún quedan «semanas difíciles», «recuperen su capacidad». El director del centro de emergencias sanitarias, Fernando Simón, destacó que «las UCI no hayan colapsado» -sí en algunos hospitales pero no en toda España-. Pero alertó de que queda «la parte más difícil» ya que cuando se relaje el confinamiento «será complicado conseguir que la gente mantenga las normas de distanciamiento social».