El plan de relajación del confinamiento del Gobierno está todavía en proceso, pero pese a la prudencia del Ejecutivo a la hora de anunciar unas medidas de desescalada que supedita siempre a la evolución sanitaria de la pandemia, se van conociendo aspectos coincidentes en todos los escenarios que estudian los expertos de Moncloa: la salida del aislamiento será gradual y nunca a velocidades distintas entre territorios. Es decir, el confinamiento se levantará al mismo ritmo en toda España y no habrá autonomías que lo lleven a cabo antes que otras, un aspecto al que habían apuntado ya comunidades como la valenciana o Andalucía.

El presidente del Gobierno dio casi por seguro durante el pleno del jueves en el Congreso que una vez concluya el actual estado de alarma el 26 de abril deberá pedir una nueva prórroga. Aunque no será en las mismas condiciones de dureza que el actual, insistió en que el confinamiento «sigue siendo una medida esencial» y que «el regreso a la normalidad tendrá que ser progresivo».

«Plenamente vigente»

El plan en el que trabaja el Gobierno incluye medidas de higiene -como el uso de mascarillas en el transporte público apuntado ayer ante el regreso de las actividades no esenciales-, sanitarias y de monitorización tecnológica de la pandemia. En esta misma línea de cautela, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, insistió ayer en que, pese a que este lunes muchos trabajadores de servicios no esenciales tienen que volver a su trabajo, el confinamiento va a seguir estando «plenamente vigente».

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Montero agradeció a todas las personas su «esfuerzo, sacrificio y disciplina social» que están cumpliendo estas recomendaciones y que permiten salvar vidas. En este sentido, la portavoz del Gobierno destacó la necesidad de continuar con las medidas de higiene y de distanciamiento social con el fin de frenar la pandemia del coronavirus en España.

De la misma forma se pronunciaba el ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien alertó de que España está todavía en una fase «importante» de pandemia del coronavirus, que se siguen produciendo contagios y que, por ello, no va a levantar las medidas de confinamiento.

Así, remarcó que a partir del lunes sólo se va a poder salir a la calle para ir a trabajar, en el caso de que sea necesario y no se pueda realizar teletrabajo, a comprar comida o a la farmacia. Y volvió a rechazar que se esté ya en una fase de desescalada de las medidas adoptadas, aunque sí reconoce que el Gobierno está trabajando en la misma para cuando llegue el momento de aplicarla.

«Pensamos que las medidas que adoptamos son suficientes para garantizar la seguridad de las personas que se van a reincorporar a sus puestos de trabajo. Estamos en un contexto de medidas muy prácticas, el decreto es muy severo, muy drástico y con el que las personas tienen garantizadas las condiciones para volver a sus puestos de trabajo», zanjó. Los criterios que van a guiar la acción del Gobierno para comenzar la desescalada según Illa serán «la prudencia y la cautela». Lo contrario sería poner en peligro el «esfuerzo colectivo» realizado.