Asegura que es un «privilegiado», lo reconoce. Carles Cano vive en una «casa grande, un adosado, con un poco de jardín delante y detrás, lo que nos permite tomar un poco el sol», explica. El escritor y cuentacuentos pasa el confinamiento en Godella, junto a uno de sus hijos, de 27 años, que ahora prepara su Trabajo Final de Máster (TFM), y «con un par de gatos». «Mis condiciones son más favorables que otras personas, no voy a quejarme de nada porque no es útil y no sería justo», expone. Haciendo caso de las recomendaciones y consejos que se dan estos días, Cano se ha marcado cierta rutina, que suele empezar entre las 8:00 y las 8:15 horas, asegura. Además, también planifica comidas y cenas.

Durante el confinamiento, ha querido contribuir a que las familias pasen un buen rato junto a sus hijos e hijas, subiendo a diario el vídeo de un cuento a YouTube. A esto dedica parte de su tiempo durante la cuarentena, lo que le «lleva un rato», reconoce. Así, en los últimos días se ha podido ver al cuentacuentos relatando historietas o lanzando recomendaciones literarias desde la cocina, el jardín, la salita...¡e incluso la cama! con un libro entre manos. «Los cuentos son siempre una enseñanza y, evidentemente, un entretenimiento; intento que sean divertidos, interesantes y no muy largos...», detalla.

Al contrario de lo que puede parecer, Carles Cano afirma que estos tiempos no están siendo buenos para inventar nuevas historias. «Escribo muy poco, debería obligarme pero no le acabo de encontrar el punto a esta situación, solo hago algunas 'tonterías', como cadenas, microrrelatos...», apunta. Además, se muestra abrumado por la cantidad de iniciativas que surgen en las redes sociales y le llegan, e intenta «estar conectado con amigos y familiares». Eso sí, asegura que estos días sí está leyendo mucho, viendo alguna película y series como «The Wire»... y, aunque ya han pasado cuatro semanas, no siente «sensación de agobio».

El también docente añade que su rutina y sus planes han cambiado porque ahora las clases que imparte en la Escuela de Formación de Adultos de Torrent ya no son presenciales, sino online; y la pasada semana hubiera estado en Praga «haciendo un curso Erasmus de aprovechamiento didáctico de museos, un tema que me interesa mucho». Además, el pasado 1 de abril protagonizaba una charla con alumnos -en los «Encontres amb autors» de la Biblioteca Valenciana de la Llengua-, que en esta ocasión fue virtual.