Campos de vides seriamente afectados, tierras removidas o frutales con los troncos sin apenas corteza. Ese es el panorama que describen tanto la Unió de Llauradors i Ramaders como la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) por la proliferación de la fauna silvestre tras un mes sin el control de plagas que implica la actividad cinegética. Situación que ayer ponía de relieve la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana. Y pide a la Conselleria de Agricultura «soluciones y ayudas» para paliar los daños que jabalíes y conejos, principalmente, están ocasionando en los cultivos. Otras especies como corzos, ciervos o cabras montesas bajan ahora a las explotaciones agrarias, donde su proliferación ha llevado a elevar quejas formales incluso ante el Ministerio de Agricultura.
Los sectores más afectados reclaman a las autoridades que autoricen la caza, de forma extraordinaria, como desde el lunes se hace ya en Castilla-La Mancha. Desde el colectivo de cazadores se alerta de que desde que se decretó el estado de alarma, la consecuencia inmediata ha sido «el aumento de la población y un incremento de daños a la agricultura, además de a la fauna y un mayor número de accidentes de tráfico». El presidente de la entidad, Raúl Esteban, señala que en muchos casos la situación «es ya insostenible». «Hemos exigido a la Administración que aporte soluciones para hacer frente a este escenario de prohibición total de la actividad cinegética», razona.
Autorizaciones seguras
La Federación solicitó en semanas pasadas que se arbitrara un sistema de autorización de caza por control en previsión de daños. Solicitud que, insisten, ha sido reiterada en varias ocasiones, sin que hasta la fecha el departamento que dirige Mireia Mollà haya comunicado «qué medidas piensa adoptar para remediar las consecuencias» que puedan generarse durante la prohibición total de caza, más aun cuando ya otras comunidades autónomas han movido ficha con levantamientos parciales de las restricciones originadas por la covid-19. Ayer, desde la Dirección General de Medio Natural se avanzaba que se trabaja ya en una resolución.
Castilla-La Mancha, por ejemplo, ha declarado comarca de emergencia cinegética temporal por daños de conejo de monte a varios términos municipales de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo. Ha establecido una serie de normas como un máximo de dos personas por control, con medidas de seguridad e higiene extremas. Aunque la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana fue de las primeras que decidió la suspensión de todas sus actividades y torneos, también en pesca, unos días después una orden de conselleria hacia oficial una orden al respecto.
General de Medio Natural y Biodiversidad de Castilla-La Mancha ha declarado comarca de emergencia cinegética temporal por daños de conejo de monte a varios términos municipales de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo.Máximo de dos personas por control, desplazándose en coche, una delante y otra detrás.
— Mantener distancia de al menos un metro entre las dos personas.
— El certificado de actividad necesario para las personas que se desplazan será la autorización o comunicación previa del control.
— Extremar la higiene personal (lavado frecuente de manos) de los equipos de trabajo y transporte, y un correcto uso de los Equipos de Protección Individual (EPIs) siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitaria.
AVA y la Unió temen que se multipliquen las pérdidas, que 2019 ya se elevaron a 26 millones
M. M. C. benifaió
n Luis Javier Navarro, responsable de Fauna Salvaje en la comisión ejecutiva de la Unió de Llauradors alerta de que el daño ocasionado por distintas especies es «importante por toda la Comunitat Valenciana». En Utiel-Requena los conejos están haciendo auténticos «destrozos», mientras que en Cheste la afectación a las viñas es ya importante.«A la suspensión de la caza se suma una menor presencia de agricultores y las abundantes lluvias han provocado una explosión demográfica del conejo que es brutal», explica Navarro.
Contagio de enfermedades
Navarro entiende la «dificultad» de arbitrar una medida que aune seguridad y eficacia, pero incide en que la gravedad del asunto así lo requiere. Y recuerda que la falta de control sobre las especies de caza mayor, además, tiene otros problemas añadidos por el peligro de contagio de enfermedades.
Ximo Gómez, técnico de AVA-Asada, insiste en que la afectación es «descomunal». «No se puede dejar el campo sin control, que se asegure que no hay riesgo de salud pública, pero que se busquen soluciones», argumenta. En ese punto, recuerda que el año pasado los daños se cuantificaron en más de 26 millones de pérdidas. «No puedo ni imaginar a cuanto ascenderán ahora con un mes sin ningún tipo de control», señala.
Aunque en la actualidad los daños por fauna quedan cubiertos por las diferentes líneas de seguro, el siniestro mínimo del 20% y la franquicia que varía en función de las opciones hace que en muchas ocasiones la indemnización sea nula o tan baja que no cubra los daños ocasionados en la explotación. De ahí que AVA haya reclamado que, de forma excepcional y mientras no se reactive la caza, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación habilite una línea de ayudas que se haga cargo de las franquicias no liquidadas por Agroseguro a los agricultores.
