El Gobierno y las comunidades autónomas acordaron ayer en la Conferencia Sectorial de Educación permitir la posibilidad de abrir los colegios en julio de forma voluntaria para dar clases de refuerzo a los alumnos con necesidades educativas. Así lo indicó ayer la ministra de Educación, Isabel Celaá, que aseguró que es una medida con la vista puesta en los «alumnos más vulnerables».

Esta medida, que reclamaron la semana pasada organizaciones como Save The Children, se trata en definitiva de recuperar el programa PROA, extinto en 2012 por los recortes en educación y que contemplaba clases fuera del horario ordinario para los alumnos con más necesidades. La idea que proponían las organizaciones sociales era la de hacer un plan de refuerzo sin avanzar en el temario, ofreciéndolo como un recurso adicional a las familias que lo demanden, nunca como una imposición.

Sin embargo esta posibilidad, reclamada por algunas comunidades autónomas antes de la reunión de la Conferencia Sectorial de Educación, fue rechazada por parte de la conselleria. Desde Educación afirmaron que los centros educativos «se abrirán, si así lo permiten las autoridades sanitarias, para realizar actividades lúdicas como se llevan a cabo en cualquier verano (Escoles d'estiu, campamentos...)».

En esta línea, desde el gobierno valenciano no se plantean avanzar en el temario durante los meses no lectivos. En su lugar, indicaron que llevarán a cabo «una buena diagnosis al final del curso, tanto global de cada grupo como individual de cada alumno, con el fin de diseñar planes de refuerzo a implementar desde el curso que viene». Así, se pretende que los alumnos recuperen los contenidos que no se hayan podido dar en este curso en el siguiente año escolar, tal y como permite también el ministerio de Educación.

Desde Madrid, sin embargo, plantean que las comunidades autónomas organicen o apoyen la realización de «actividades de refuerzo en el periodo estival, combinadas con actividades lúdicas, que pueden estar promovidas por otras administraciones u organizaciones, contando con el concurso del voluntariado y en contacto con los centros educativos y sus docentes». Pese a todo, Celaá aseguró que el verano «debe ser un tiempo de descanso también para los alumnos rezagados que han estado igualmente dos meses confinados».