El profesor José Remohí, presidente y cofundador de IVI, urge a retomar los tratamientos en aquellas pacientes oncológicas que necesiten preservar su fertilidad, así como en aquellas con baja respuesta ovárica o con una patología ovárica, como la endometriosis, por ejemplo, y las mujeres de edad avanzada. Concretamente estos tres grupos de pacientes "no pueden demorar sus tratamientos ni un solo día más", ha afirmado en un comunicado.

Además, ha recordado que los bebés nacidos en España gracias a la reproducción asistida suponen entorno a un 10% del total anual, con lo que ha advertido de que si se bloquean los tratamientos durante demasiado tiempo "se corre el riesgo de experimentar una caída brusca de la tasa de natalidad en 2021, invirtiendo más si cabe la pirámide de población nacional".

Desde que se decretó el estado de alarma, y viendo la tendencia actual, IVI, solo en España, se verá obligado a detener 4.000 tratamientos, con el grave riesgo que ello supone para las cifras de natalidad global.

Por otro lado, el también presidente y cofundador de IVI, el profesor Antonio Pellicer, ha indicado que la Sociedad Italiana de Ginecología ya se ha manifestado a favor de retomar la actividad en breve. "En España, y en IVI, siendo pioneros en reproducción asistida, deberíamos retomar la actividad cuanto antes. Esta pandemia nos ha de servir para guiar nuestras políticas de prevención futuras", ha subrayado.

Los profesores Remohí y Pellicer coinciden en que en el momento de retomar la actividad "se extremarán las medidas de prevención, para evitar contagios, tales como estudios serológicos y medidas de desinfección, higiene y seguridad máximas", han dicho.

"El esfuerzo de toda la población por salir cuanto antes de esta crisis, sumado al esfuerzo del personal sanitario de nuestro país por salvar vidas a diario, debería verse complementado por el de los profesionales sanitarios de reproducción asistida que velan por minimizar los efectos del Covid-19 en la tasa de natalidad nacional futura. Sobre todo, recordando que no existe evidencia científica del riesgo de transmisión vertical de la enfermedad de la madre al feto", han insistido.