Tina Blay, de Moncada, pasa la pandemia en Turquía. Ante la imposibilidad de salir de Estambul durante más de una semana, ha decidido esperar a que vuelva una relativa normalidad para intentarlo de nuevo. «No me falta nada, tengo mis necesidades cubiertas gracias a personas que he conocido en el viaje y a mis seres queridos y amigos en la distancia», ya que le han dejado quedarse sin coste en el apartamento en el que iba a alojarse tres días y también en otra residencia, a orillas del Mar Negro. Además, cuenta que le han prestado un ordenador portátil. «Es la 'cara b' de la situación global que me ha tocado vivir aquí. Dentro de la incertidumbre, el miedo y el horror, no me siento sola, gracias a personas que me he encontrado por el camino, como Taner, Ahmed, Nico, Amad, Murat, Khalid...», destaca Blay. Por otro lado, desde Florida (EE UU), Mariló Martín también da las gracias a su vecino: «No salgo mucho a comprar porque me da miedo y, sin pedírselo, mi vecino algunos días me deja cartones de leche en la puerta de casa», detalla.
