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"Reprogramarse" para salir de casa

Los familiares redoblan con ingenio la terapia para que las personas con autismo superen el miedo a salir de nuevo a la calle por temor al contagio

La presidenta de la asociación Aspau, con su hijo, mostrando cómo ha cambiado su rutina diaria. daniel tortajada

Salir del confinamiento, aunque sea poco a poco, puede llegar a ser tan complicado en algunos hogares como lo fue la obligación de quedarse en casa. Vecinos del Port de Sagunt ya han visto claros ejemplos de esto en las últimas semanas pues las salidas ocasionales que antes «parecían un premio» para sus familiares con autismo, ahora se han reducido drásticamente dado que muchos las ven como «un peligro».

A esto no sólo han contribuido los problemas sufridos por algunos durante el estado de alarma al recibir críticas vecinales, y hasta insultos, cuando el estar en casa se hacía insoportable y salían a dar una vuelta «para evitar graves problemas de conducta», tal y como permite el Gobierno desde mediados de marzo. Como explicaba a Levante-EMV Concha Peiró, presidenta de la Asociación Proyecto Autismo (Aspau), a estos dolorosos casos se les suma otra realidad: «Las personas con autismo suelen ser muy textuales y siguen las pautas al pie de la letra. Por ello, cuando ya les hemos explicado que ahora toca quedarse en casa porque fuera hay un virus que puede enfermarte e incluso matarte, es muy complicado convencerles de que se puede salir, cuando el virus sigue estando».

Esto último, según apuntaba, ha hecho caer en picado las salidas terapéuticas de los autistas, pues ellos son los primeros en rechazarlas. «La mayoría no salen por precaución. Ellos mismos tienen miedo. Por eso, de alguna manera ahora hay que 'reprogramarlos' para que entiendan que, con precauciones y limitaciones, se puede ir por la calle», añadía Peiró.

En este proceso, desde la asociación Aspau se recomienda «ir poco a poco» y siempre «según el estado» del afectado. «Una idea que estamos dando es el aprovechar las salidas para cuestiones obligatorias, como el hecho de tirar la basura. Se les puede animar a acompañarnos, primero yendo al contenedor más cerca de mi casa y luego a otro más alejado, para así acabar dando la vuelta a la manzana. Lo importante es que entiendan las precauciones a adoptar», decía su presidenta.

Problemas de conducta serios

Este tipo de salidas, como ella misma admitía, son todo un alivio en determinadas situaciones. «Son muchos días ya de confinamiento y en algunas casas empieza a haber problemas de conducta serios. Una madre me llamó hace poco desesperada porque su hijo no paraba de pedir que le llevara en el coche», relataba.

Entre el medio centenar de familias que componen Aspau, tampoco han faltado dos casos de insultos en el Port de Sagunt cuando un padre salió a dar un paseo con su hijo autista, mayor de edad. «Justo a ellos les ha pasado dos veces. La primera, con una vecina que les increpó desde un balcón y luego, con un señor. Por ello, la segunda vez, el padre decidió llamar a la policía y los agentes acabaron yendo a casa del vecino para explicarle que este tipo de salidas están permitidas», contaba además de rechazar la opción de «marcar a alguien con un distintivo a la hora de ejercer un derecho o por necesidad», como propusieron algunas asociaciones para que los autistas llevaran brazaletes o chalecos identificativos. «En Sagunto, la policía local hizo un listado para evitar las sanciones, pero sigue siendo fundamental la concienciación ciudadana», decía además de agradecer el trabajo de los Servicios Sociales municipales y del sector sanitario desde el inicio de la crisis del coronavirus.

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