El Ayuntamiento de Picassent ha tenido que recular en su pretensión de cesar los contratos de 58 empleados municipales, todos de carácter de fijo discontinuo y en su mayoría integrantes de la plantilla del polideportivo, después del requerimiento remitido por la Inspección de Trabajo en la que le insta a mantener a los trabajadores en otros cometidos, hasta la extinción de su relación contractual, el 14 de junio.
El cambio de situación lo explicaba ayer a este diario el concejal de Personal de Picassent, Paco Quiles. Y es que el lunes 20, era la fecha marcada por el consistorio para suspender los contratos de los 58 empleados, como consecuencia del cese de la actividad en sus áreas con motivo del decreto del estado de alarma por el coronavirus.
Tal como relata el concejal, después de decretarse el confinamiento el pasado 14 de marzo, estas 58 personas siguieron realizando actividades mediante el teletrabajo, ya fuera preparando nuevas programaciones para cuando se produjera la desescalada o con clases deportivas a través de redes sociales para que la gente practicara ejercicio desde sus casas.
Posteriormente, en la segunda quincena de alarma, los empleados se acogieron al permiso retribuido que estableció el gobierno de Pedro Sánchez. Esos quince días los empalmaron con las vacaciones de Pascua, en la que tampoco hay actividad de normal en sus departamentos.
Era a partir del día 20 cuando su actividad cesaba por completo. Según explica Paco Quiles, fue un técnico municipal el que emitió un informe en el que se determinaba que cesar ya sus contratos «era la única posibilidad legal que le quedaba al ayuntamiento después de haberlas agotado todas», ya que, argumentaba, «la situación ya no se sostenía porque no se podían justificar esos contratos con las sesiones que algunos estaban haciendo por Internet ya que no se pueden dar así clases de natación o de fútbol». Por ello, «el técnico alertó de que si manteníamos esta situación, podíamos incurrir en malversación», mantiene Quiles.
Representantes de este grupo de trabajadores consideraron injusto el cese de sus contratos al asegurar que seguían realizando actividades mediante las nuevas tecnologías, y acusaban al consistorio de actuar de manera unilateral. Por ello, se pusieron en manos de sus abogados que acudieron a la Inspección de Trabajo, que requirió al ayuntamiento toda la documentación.
Ahora, la Inspección ha remitido al ayuntamiento una resolución en la que «nos aconseja mantener los contratos de todos estos trabajadores hasta que se extingan el 14 de junio, fecha en la que concluye la temporada deportiva municipal», señala Paco Quiles.
Consulta a otros ayuntamientos
El concejal revela que durante estos días incluso consultaron a otros ayuntamientos por si se habían enfrentado a situaciones similares. «Nadie tiene algo parecido, ya que casi todos los municipios tienen externalizado el servicio. Aquí son trabajadores del ayuntamiento, lo que pasa es que cuando acaba la temporada su contrato se extingue y en septiembre esos mismos trabajadores vuelven a sus puestos», explica.
Tras la notificación de la Inspección de Trabajo, Quiles detalla que durante esta semana los jefes de área deben decidir cuántos de esos 58 empleados pueden seguir realizando actividades dentro de su departamento. Los que no haya manera de hacerlo -por ejemplo natación o fútbol- se les ofrecerá la posibilidad de derivarlos a Servicios Sociales, para engrosar la plantilla en estos tiempos y que formen parte de programas como «Prop de tu», que se encarga de atender a las personas mayores durante el confinamiento, realizando compras de alimentos o medicamentos, así como haciendo llamadas telefónicas para saber cómo se encuentras estas personas, entre otras actividades. «Aquel trabajador que no quiera que se le derive a otros departamentos donde sí se mantiene la actividad, se le extinguirá el contrato», apunta el edil.
