La crisis sanitaria provocada por la expansión del virus SARS-CoV-2, comúnmente conocido como coronavirus, ha trazado un escenario que, si bien ha evidenciado debilidades a escala estructural en el tejido nacional, también ha puesto de manifiesto la fortaleza y el valor estratégico de los servicios básicos españoles. Sectores esenciales que ofrecen una respuesta ejemplar ante los numerosos desafíos que afronta el país y que se erigen como herramientas posibilitadoras de recuperación y transformación social tras la pandemia.

Esta es una de las principales conclusiones que puede extraerse de la mesa telemática de debate organizada el pasado martes por Levante-EMV y BBVA, con el objetivo de realizar un análisis de la trascendencia de las líneas de actuación emprendidas por diversos actores de gran relevancia, como el transporte, las fuerzas y cuerpos de seguridad, el suministro de alimentos y bienes de primera necesidad, la banca o la sanidad. Un reto que Javier Quiles, director de Relaciones Externas de Consum, tildó de «dictamen de fuego», pues España se enfrenta, según apuntó David Conde, director territorial de BBVA, a una crisis sin precedentes. Por un lado, la emergencia sanitaria y, por otro, la económica. Junto a ellos, en la mesa de debate, moderada por la subdirectora de este diario Isabel Olmos, también participaron Antonio Arias, CEO de Vectalia; Juan José Tirado, presidente del Colegio Oficial de Enfermería de València; Alfredo Garrido, jefe regional de operaciones de la Jefatura Superior de Policía; y, por último, Julio Monreal, director de Relaciones Institucionales de Prensa Valenciana.

Valor del sector financiero

Es innegable que, ante la crisis económica, como coincidieron en señalar todos los ponentes, el sector financiero ejerce una función determinante y «es parte de la solución», como aseguró Conde. Desde la entidad bancaria que representa, reivindicó que «la prioridad de BBVA es la salud y estar cerca de la sociedad», una finalidad que se materializa en numerosas iniciativas, entre las que destaca una acción denominada «Cercanía» para llamar al cien por cien de los clientes y conocer cómo están y en qué puede ayudarles el banco. «Les damos información sobre líneas de financiación, aplazamiento de cuotas, anticipo de paro, líneas ICO... », explicó el director territorial de BBVA.

Y es que, la entidad bancaria ha ampliado, atendiendo a su propia idiosincrasia, la moratoria hipotecaria establecida por el Gobierno, fijando la carencia en un periodo de hasta un año, así como el aplazamiento del pago en el alquiler de viviendas pertenecientes al Fondo Social de Viviendas del banco. Además, BBVA permite aplazar a sus clientes particulares las compras realizadas con su tarjeta de débito, por ejemplo en los supermercados, y los impuestos pagados en la cuenta con un máximo de 90 días de antigüedad para abonarlos a plazos. «Si somos un canal de financiación, debemos serlo también de alivio económico», aseguró David Conde.

En esta línea, la entidad ha puesto a disposición de empresa y autónomos 25.000 millones de euros a través de créditos rápidos. Asimismo, ha realizado más de 70.000 gestiones para dar financiación a sus clientes Pymes, empresas y autónomos, a través de líneas ICO. Asimismo, conscientes de la importancia de generar rentas y proteger el empleo, la entidad financiera ha asegurado la actividad de sus trabajadores descartando la presentación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Son iniciativas que pretenden minimizar el impacto económico de la pandemia que, según Conde, «va a causar la mayor caída del PIB a escala mundial desde la Segunda Guerra Mundial». No obstante, el director territorial de BBVA no pierde el optimismo y advierte que «aunque la previsión para este año es muy dura, mejorará significativamente en 2021».

No obstante, más allá de las medidas de alivio en términos económicos, desde el grupo bancario también se ha hecho una apuesta firme por estar al lado de la sociedad en estos momentos difíciles. En este sentido, la campaña «Tu aportación vale doble» ha conseguido recaudar, a través de donaciones de los empleados, más de 500.000 euros, una cuantía que BBVA duplicará aportando el mismo valor, sumando más de un millón de euros. Paralelamente, también se han destinado 35 millones de euros a apoyar a las autoridades sanitarias y organizaciones sociales, gracias a los cuáles se ha podido adquirir material sanitario, como por ejemplo 1.000 respiradores.

Estas acciones se ven completadas con el «refuerzo de los canales digitales y remotos para garantizar el servicio», afirma David Conde. De modo que se han reforzado los canales digitales del banco permitiendo operar a distancia con facilidad y total seguridad a través de su página web o su App para dispositivos móviles, a excepción de las disposiciones de efectivo, que se pueden realizar mediante los cajeros automáticos, y acciones que requieran de intervención notarial.

Consumo y digitalización

El obligado confinamiento decretado por las medidas de movilidad estipuladas en el estado de alarma ha introducido un elemento disruptivo en la praxis de la actividad profesional. Así, la experiencia del teletrabajo y los beneficios de la digitalización de los servicios son una de las «lecciones aprendidas» que extrae Conde de esta crisis.

Esta lectura es también compartida por Antonio Arias, que asegura que «los hábitos de movilidad van a cambiar tras la pandemia, especialmente los sistemas de pago en detrimento del dinero en efectivo». El CEO de Vectalia apuntó, de este modo, a la celeridad con la que se prevé que se consoliden plataformas tecnológicas de pago, como las Apps.

Esta conversión digital también será influyente en el sector sanitario. Según explicó Juan José Tirado, «la formación online ha planteado un nuevo reto» que ha llevado al Colegio Oficial de Enfermería de València a poner a disposición de la Conselleria de Sanidad todo el material susceptible de interés del que disponen para este fin. Asimismo, como afirmó su presidente, «todos los recursos que tiene el colegio pueden desarrollarse de forma telemática, desde el soporte a todas las demandas hasta las sugerencias y el asesoramiento, de forma ininterrumpida».

En referencia al sector de la distribución de alimentación y productos de primera necesidad, como los supermercados, Javier Quiles enumeró los tres retos a los que se enfrenta la cadena agroalimentaria, que tildó de «totalmente eficiente». Estos son la garantía de suministro a los supermercados —el volumen de pedidos tuvo puntas de hasta el 250 % por encima del mismo periodo del año anterior, por lo que desde Consum se limitó el número de unidades por referencia—, garantía de salud de los trabajadores —desde el personal de supermercado hasta aquellos que desarrollan su actividad en las plataformas logísticas— y, por último, la garantía de salud de los clientes —desinfección de instalaciones, uso obligatorio de guantes y soluciones hidroalcohólicas, limitación del aforo o reducción del horario de apertura, entre otras medidas—.

Además, respecto a los hábitos de consumo, el director de Relaciones Externas de Consum detalló un aumento de compra de los productos considerados de indulgencia, como licores, helados o frutos secos, y vaticinó la vuelta a la compra de productos de menor valor como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo. E estos momentos, el número de cestas ha bajado de 87,7 millones a 69,4, mientras el gasto medio por compra ha subido de 16 euros a 23,2. «El comportamiento es claro, vamos menos veces, pero compramos más cantidad», señaló.

Este cambio social también se hará notable en el sector de la movilidad y el transporte, según Arias, que criticó la decisión del Gobierno de «apremiar el uso del transporte privado ante los servicios de transporte público». Su pronóstico, además, recogió también nuevas inquietudes sociales, como la protección del medio ambiente, que virarán el modelo de movilidad hacia un sistema más sostenible. «Debemos ser más racionales y apostar por ofertas como la electromovilidad, un sistema con un elevado coste económico que alguien debe asumir, ya que el transporte público está sujeto a una compensación pública», destacó.

En referencia a los medios de comunicación y la función social que ejercen, Julio Monreal puso de manifiesto que «la pandemia parece haber mejorado la percepción social» respecto a este cometido. «Somos transmisores de información, de decisiones institucionales, de ayudas, prestaciones... Todo ello nos ha otorgado un crecimiento que no solo se ve reflejado en nuestras cifras de audiencia, sino también en el valor social del Periodismo», defendió, aludiendo a la gran cantidad de mensajes de ánimo y respeto que se reciben a diario en Levante-EMV. Una evolución ascendente vinculada, inexorablemente, al consumo de información digital, que ha registrado un crecimiento exponencial, y que gracias a su función de «filtro» es capaz de contrarrestar la aparición de bulos y fake news al ofrecer «un servicio contrastado que traslada los mensajes de interés que la sociedad requiere», como matizó el director de Relaciones Institucionales de Levante-EMV y Prensa Valenciana. A su vez, no quiso perder la oportunidad de destacar la importancia de la digitalización desde el punto de vista profesional, por lo que aseguró que «el teletrabajo nos ha obligado a adquirir nuevas destrezas» aunque defendió que «el periodismo no se puede ejercer individualmente», ya que necesita que la experiencia y la juventud convivan en vecindad en las redacciones».

«Somos una institución esencial y debemos prestar un servicio ejemplar», aseguró con contundencia Alfredo Garrido, jefe regional de operaciones de la Jefatura Superior de Policía. La seguridad, tanto ciudadana como sanitaria, se ha situado en el centro del debate social y político como consecuencia de la crisis acontecida tras la expansión del coronavirus. Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, como la Policía Nacional, afrontan estos días una labor esencial pues, como explicó Garrido, «tuvimos que dar un paso de calidad, cambiando nuestra mecánica de trabajo y determinar qué es urgente en la actualidad».

El presente plantea un nuevo escenario «ante el que tenemos que prepararnos de nuevo», señaló el comisario principal, en alusión a la ansiada fase de desescalada. Por ello, como explicó, su actuación se ha centrado en «asegurar el confinamiento, impedir la movilidad de aquellas personas que no estén autorizadas para ese traslado y comprobar que se mantengan cerrados los espacios no autorizados de forma temporal en el marco del estado de alarma». Un trabajo en el que, de forma significativa, también se busca «garantizar la asistencia a personas mayores y víctimas de violencia de género».

«Actuamos por el bien común»

Visiblemente emocionado, Alfredo Garrido reconoció el esfuerzo y predisposición de la sociedad valenciana y, de forma extensible, la española. «Una de las cosas que más nos ha sorprendido es comprobar el grado de responsabilidad de la ciudadanía. Actuamos única y exclusivamente por el bien común y la salud de todos y todas, una labor que no siempre es agradable, pero sí necesaria», según destacó.

Y es, precisamente, la salud el gran reto de esta pandemia. En la cita telemática, Juan José Tirado afirmó que desde el colegio que preside se ha instado con éxito a la Conselleria de Sanidad a que revisara algunas de sus decisiones «para evitar que la comunidad sanitaria sea un vector de transmisión». Al mismo tiempo, defendió la «colaboración público-privada bien gestionada para que esta última no sea solo negocio». Como conclusión, lanzó un mensaje de optimismo en el que animó a la sociedad a «trasladar el reconocimiento que vivimos todos los días a las 20:00 horas desde los balcones a la esfera privada, porque somos una sociedad globalizada y solidaria».