Lo dijo el president de las Corts, Enric Morera. Este entendimiento inaugurado en la Cámara tras la pandemia «da esperanza en momentos difíciles». Lo dijo después de que el un decreto-ley de medidas urgentes para paliar la crisis en el ámbito educativo, cultural y deportivo fuera aprobado por la unanimidad de los componentes de la diputación permanente. Eso incluye a Vox, que hasta ahora ha situado al conseller de Educación y Cultura, Vicent Marzà, en sus puntos de mira principales.
La votación, con el apoyo de los 23 asistentes a la sesión de ayer en el hemiciclo, da una idea del ambiente favorable al entendimiento político que se ha respirado en los últimos dias. Y que se aleja bastante de los efluvios de discordia que llegan desde Madrid.
El otro proyecto que ayer se sometía al criterio de la diputación permanente, el que estableció subvenciones directas a los trabajadores autónomos y el aplazamiento del pago de impuestos autonómicos, también salió adelante con un amplio apoyo, aunque no unanimidad. Solo los dos diputados de la ultraderecha votaron en contra. Y los cuatro del PP se abstuvieron. Los 17 restantes, includos los de Ciudadanos, respaldaron el decreto ley del Consell.
El giro de la formación naranja hacia el centro ha quedado claro en estas dos jornadas de diputación permanente. Abre un horizonte de posibilidades de cara al futuro. No es el úncio gesto en esta dirección: Cs acaba de firmar un acuerdo de gobierno con el PSPV en Torrent, la quinta ciudad valenciana. Esta sintonía con el Ejecutivo marcó la primera etapa de Cs en la legislatura pasada. Pero se desvaneció tras el golpe de mano hacia la derecha de Albert Rivera y la salida de la formación en la C. Valenciana de Alexis Marí y Carolina Punset, hoy asesora en Presidencia.
Esta sesión de la diputación permanente deja la imagen de una oposición comprensiva con Puig y Marzà, al que el PP reconoció su actitud dialogante con ellas durante la pandemia, y muy crítica con la vicepresidenta Mónica Oltra por su gestión de las residencias de mayores.
