La Conselleria de Sanidad pudo controlar la evolución del coronavirus en la Comunitat Valenciana desde el 25 de febrero que se registró el primer contagio hasta el 14 de marzo. Fueron días vitales en los que los trabajadores de Salud Pública «fueron capaces de detectar la propagación [de la covid-19]. Evaluar, identificar y aislar los posibles contactos. Todos los casos eran importados del norte de Italia. Y dio sus frutos para tener controlada la expansión del virus en su fase inicial».

La situación se descontroló apenas cuatro días después de que la Generalitat decidiera suspender las Fallas y la Magdalena. «Fuimos capaces de mantener la trazabilidad de los contagios hasta el 14 de marzo, fecha del estado de alarma», admitió ayer la consellera de Sanidad Ana Barceló, quien compareció, a petición propia, en la diputación permanente de las Corts para dar cuenta de su gestión de la pandemia. La trazabilidad de los contagios, el rastro del virus, aún no se ha podido recuperar, como admitió la consellera esta misma semana a preguntas de Levante-EMV.

Las semanas críticas, según admitió Barceló, fueron las dos últimas de marzo. El 28 del mes pasado se alcanzó el máximo de ingresados en un solo día en los hospitales (368), al día siguiente se llegó al pico de detección de positivos en veinticuatro horas (750) y el 3 de abril se alcanzó la mayor cifra de muertes en un día, con 68 fallecimientos.

La presión asistencial en los hospitales llegó una semana después, entre el 2 y el 8 de abril, «cuando se registró el mayor número de personas ingresadas en las unidades de cuidados intensivos (UCI). Fueron 7 días con una cifra en torno a 380 pacientes diarios en las UCI». Unas cifras que Barceló comparó con las de Madrid, «que llegó a los 1.500 pacientes al día en UCI» o Cataluña donde «los datos acumulados en las unidades de críticos multiplicaron por cuatro los de la Comunitat Valenciana. No pretendo arrogarme mérito alguno, pero sí que tomemos perspectiva. Porque fueron días muy duros para toda España», se defendió Barceló.

Residencias de mayores

Respecto a las residencias de mayores, la consellera consideró que la pandemia en estos centros ha mostrado «la cara más dura del virus». «Los primeros brotes, en Torrent y en Alcoi, revelaron la virulencia que tenía el Covid entre personas ya de por sí vulnerables». Defendió que pusieron medidas para vigilar los centros. Y quiso destacar el vaso medio lleno: «El 76% de las residencias no han tenido ningún caso de coronavirus», aunque lamentó el drama detrás de las cifras: un total de 394 personas han fallecido por coronavirus en centros de personas mayores.

Además de la profusión de fechas, datos y gestiones realizadas durante la crisis, la consellera admitió haber cometido errores. Y, como ya hizo Ximo Puig el miércoles, se sumó a la petición de perdón y pidió «disculpas» porque, detalló, «nuestros profesionales sanitarios se merecían más: más protección en los primeros momentos, más previsión, más medios humanos desde el primer minuto».

Un material que no pudo garantizar al personal sanitario. Una carestía que ha provocado que 1.692 profesionales hayan acabado contagiados desde el inicio de la pandemia. Barceló achacó esta falta de material a «una competición feroz entre países y administraciones por adquirir material sanitario. En primer lugar, porque la producción se encontraba en un país como China, que durante los meses de enero y febrero tuvo que hacer frente al impacto brutal de la pandemia, lo que causó ciertas distorsiones a la hora de poner en el mercado productos necesarios. En segundo lugar, porque se ha producido un pirateo salvaje entre países, con empresas y proveedores que en algunos casos han resultado ser un fraude», explicó Barceló.

El «pirateo» también ha provocado que se utilizaran 1.266 mascarillas defectuosas (de una remesa enviada por el Ministerio de Sanidad) en cinco departamentos de salud y que ha obligado a realizar 671 pruebas PCR -las más fiables para confirmar los contagios- a otros tantos sanitarios. Únicamente uno de ellos, en el Hospital de San Juan de Alicante, ha dado positivo por coronavirus.

Desde la oposición criticaron la «improvisación» y «nefasta gestión» de la pandemia de Barceló. Aunque el portavoz popular de Sanidad, José Juan Zaplana, aseguró que no iba a pedir la dimisión de la consellera. «Podría aprovecharme de su gestión, por la falta de test, la censura a profesionales, las bolsas de basura como única protección y sus indignantes declaraciones sobre los contagios entre los profesionales, pero no lo voy a hacer».

Aunque recurrió al lema de las víctimas del accidente del metro de València, que durante tanto años ninguneó el PP, para afear a la consellera de Sanidad que en esta pandemia se han producido «1.132 muertos y 0 responsables políticos». Una alusión que Barceló ignoró pero que respondió Carmen Martínez (PSPV): «Algunos se atreven a citar a las victimas del metro cuando aún esperamos que pidan perdón a sus familiares».

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