Estar alojado en una academia deportiva de alto rendimiento ya implica en circunstancias normales confinamiento, poco contacto con el exterior y convivencia permanente con el resto de los usuarios. Pero en la que dirige el extenista Juan Carlos Ferrero (Ontinyent, 1980) en Villena esas condiciones están incrementadas por una situación sanitaria sin parangón y carecen de fecha de caducidad para competir. Equelite, la instalación del extenista ontinyentino, ganador de Roland Garros en 2003 y número uno del mundo durante ocho semanas ese mismo año, es ahora una isla del tenis en la que alumnos (una veintena); entrenadores y personal de la casa permanecen encerrados desde el decreto del estado de alarma, el pasado 13 de marzo.

Con Ferrero están confinados, entre otros, el que está considerado la mayor promesa del tenis español, el murciano Juan Carlos Alcaraz, de 16 años, ganador de su primer partido en un torneo ATP en Río, en enero, superando así a Rafa Nadal como el más joven en ganar un partido en una competición de ese nivel. O la joven tenista de Montaverner (la Vall d'Albaida) Meritxell Boix, de 15 años. «Hasta antes del confinamiento dormía tres días aquí y el resto en su casa, pero una vez declarado el estado de alarma se ha afincado definitivamente en nuestras

instalaciones», explican desde la academia. La joven es de las mejores raquetas españolas de su categoría; el año pasado logró un puesto en el máster del Circuito Jovenes Promesas Marca y fue finalista. Y este año ha tenido tiempo, durante una gira de torneos ITF juniors en Egipto y Argelia, de sumar un título en dobles junto a Andrea Burguete y dos cuartos de final y una semifinal individuales.

Con Ferrero, director de Equelite, están en Villena los técnicos Toni Cascales, Iñaki, Lola, María Amelia y Carmelo Alventosa; este último de Canals y que tantas décadas ha llevado junto a Salva Roselló el CT Canals. En Villena, lleva a los niños de entre 10 y 14 años. Además hay preparador físico, cocineros, vigilantes de la instalación, maestros... Toda una familia que arropa y protege a sus pupilos. «El ambiente es muy sano y están todos muy bien, sin acusar mucho el encierro pero con ganas de que acabe, claro», añaden.

Poder entrenar pronto

Está claro que sin el confinamiento obligado por la crisis de la covid-19, los tenistas seguirían internos en la academia. Como ahora. Pero con una gran diferencia, ya que saldrían a tomar parte en sus respectivas competiciones. Así que la situación es de encierro también pero sin el aliciente de jugar y, sobre todo, sin la certeza de cuándo podrán hacerlo. De todos modos, con peticiones de alcance mundial como la de rafa Nadal, desde Equelite confían en que pronto les dejen ya entrenar libremente.