La situación de confinamiento está siendo especialmente dura para las víctimas de la violencia machista que conviven con sus maltratadores. Tanto ellas como sus hijos e hijas tienen que pasar las 24 horas del día en un espacio limitado con los agresores, quienes ejercen todavía un mayor control sobre sus víctimas sin poder salir de casa y centrando todas sus iras en ellas. Esta angustia, que se suma a la propia incertidumbre y temores propios de cualquier ciudadana ante la pandemia por coronavirus, se hace visible en un aumento considerable de llamadas al 016 pero por el contrario no se traduce en un mayor número de denuncias. De hecho, desde que se decretó el aislamiento domiciliario el pasado 14 de marzo, las atenciones a víctimas de violencia de género han descendido un 46,37%, según una comparativa con el mismo periodo de tiempo del año anterior.

Así lo refleja un informe sobre la actividad durante el Estado de Alarma de la red de oficinas de la Generalitat de asistencia a las víctimas del delito y de la oficina de denuncias, en cuyas conclusiones se apunta que «algunas víctimas pueden haber tomado conciencia de la situación de maltrato durante el Estado de Alarma pero no sepan cómo solicitar ayuda, bien por pensar que las Oficinas solo prestan servicio presencial o porque el teléfono de atención de las Oficinas no sea su primer recurso».

De ahí, que responsables de las Oficinas de Atención a las Víctimas esperen recibir al levantarse el confinamiento una oleada de denuncias de todas aquellas maltratadas que han optado por aguantar en silencio el aislamiento junto a sus agresores por diversos factores. Según dicho informe, este descenso de denuncias podría ser debido a que la víctima no crea urgente o conveniente solicitar atención dadas las circunstancias; que vea reducidas sus posibilidades dado que el agresor está más cerca y ejerce mayor control sobre ella; que tenga la sensación de que ello la puede poner en un riesgo mayor. O que simplemente no sea consciente de que el servicio de atención sigue funcionando al cien por cien por ser considerado esencial.

«Que sus recursos de apoyo también estén confinados y resultan de difícil acceso y que las ayudas disponibles se puedan retrasar por la actual situación», también pueden llevar a la víctima a retrasar la decisión de denunciar a su maltratador, según explica Sofía Alberca, psicóloga coordinadora de las OAVDs de Valencia, quien añade que estos múltiples motivos a menudo coexisten.

Entre el 14 de marzo y el 12 de abril las oficinas de atención a las víctimas abrieron 133 nuevos expedientes de mujeres que se atrevieron a dar el paso de denunciar a sus agresores durante el confinamiento en la Comunitat Valenciana. Asimismo, en este periodo se atendieron 39 víctimas al día, mientras que la atención en 2019 era de una media de 72 víctimas diarias.

De igual modo, según los datos del informe elaborado por la Conselleria de Justicia, las atenciones semanales por violencia de género durante el Estado de Alarma fueron 179. Mientras que en un periodo de tiempo similar se atienden una media de 262 víctimas, por lo que la asistencia a las víctimas de violencia de género, en promedio semanal, se ha reducido un 31,68%.

Medidas de protección

Respecto a las medidas de protección, han sido registradas y notificadas a las OAVDs un total de 234, un promedio de 55 semanales, frente a los 133 expedientes semanales abiertos con orden de protección durante el mismo periodo de 2019, lo que supone una reducción del 43,16%.

Estos datos contrastan con el hecho de que el número de teléfono de atención a víctimas de violencia de género (016) haya aumentado su actividad cerca de un 47 por ciento durante este periodo. Este incremento se tendría que haber reflejado también en las estadísticas de la Comunitat, pero «este desfase en el volumen de actividad muestra poca visibilidad de la Red de Oficinas y poca derivación a las OAVDs de las víctimas atendidas por los recursos asistenciales vinculados al 016 en la Comunitat Valenciana».