Hace unos días eran unos tuits; ahora ya son recomendaciones de Estado. La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha solicitado hoy a todos los municipios de más de 5.000 habitantes que adopten medidas de impulso a la bicicleta en la desescalada de la crisis sanitaria. Y entre las propuestas del ministerio está el de crear corredores ciclistas hasta los polígonos, los grandes centros de trabajo situados en las áreas metropolitanas y prácticamente desconectados de las ciudades.

Hay ciudades como València y gobiernos como el de la Generalitat que hace días que tomaron nota de las ideas que proponía de manera más o menos informal la ministra de Transición Ecológica. El Cap i Casal va a comenzar a habilitar espacios peatonales en grandes avenidas como Pérez Galdós-Giorgeta o la plaza San Agustín, además de crear nuevos itinerarios ciclistas. Todo ello, restando espacio al vehículo privado. Por su parte, la conselleria de Movilidad anunció un triple plan a corto plazo de promoción de la bicicleta, fomento del transporte público seguro (extremando la limpieza y distanciamiento social) y una propuesta a los empresarios para flexibilizar la entrada al trabajo, de manera que los trabajadores lleguen de manera escalonada.

Ahora, las propuestas de Teresa Ribera toman un cariz mucho más oficial y se convierten en recomendación para todo el Estado, por lo que, definitivamente, la bicicleta va a dejar de lado ese estigma «ecologista» para convertirse en un medio necesario de transporte y, no solo por su aportación clave contra el cambio climático, sino porque será un instrumento esencial en la manera de desplazarse de forma segura. Ni siquiera el coche se libra de estar bajo sospecha como propagador de la covid-19, por lo que los ciclos han tomado ventaja en esta batalla contra el virus.

Así pues, Teresa Ribera ha enviado una carta a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en la que solicita que las entidades locales españolas potencien el empleo de la bicicleta como alternativa de transporte limpio y sostenible para la salida gradual de la crisis sanitaria provocada por la covid-19.

Entras las medidas propuestas destaca establecer corredores en zonas periurbanas que comuniquen polígonos, municipios vecinos o campus universitarios con los centros de las ciudades. Se pide el impulso para la apertura de los servicios de bicicleta compartida pública (en València estudian ya la reapertura inmediata de Valenbisi), con las garantías y cautelas necesarias para evitar contagios. También, implantar infraestructuras provisionales de bajo coste para la ampliación de zonas peatonales y ciclistas, que pueden incluir, por ejemplo, la reserva del carril derecho en grandes arterias para la bicicleta o la reducción de la velocidad en ciudad (prohibición de circular a más de 30 km/h en vías de un solo carril por sentido), medida en la que ya está trabajando la Dirección General de Tráfico.

Otra cuestión importante tras las polémicas sanciones del principio del estado de alarma, es que el ministerio pide identificar la bicicleta c»omo vehículo autorizado para el desplazamiento en las actividades y excepciones permitidas, considerando la bicicleta como medio de transporte y no como herramienta de ocio, evitando así potenciales malentendidos».

Además aconseja a los operadores de transporte «facilitar y reforzar la intermodalidad con modos de transporte colectivos (metro y cercanías), reduciendo en la medida de lo posible las restricciones a subir la bicicleta en los mismos y facilitando la integración tarifaria de los sistemas de préstamo de bicis con títulos de transporte colectivo».

Por último insta a promover aparcamientos seguros para bicicletas en centros de trabajo, estaciones de autobuses y de cercanías y puntos estratégicos, y a realizar campañas de difusión para dar visibilidad de la bicicleta como medio de transporte autorizado y recomendado y para difundir buenas prácticas para uso seguro de la bicicleta, con el objetivo de reducir el riesgo de contagios, y elaboración de guías locales con las normas municipales para desplazarse en bicicleta.

La vicepresidenta ha destacado que el uso de la bicicleta puede contribuir a descongestionar el transporte público, permitiendo a los usuarios mantener la distancia de seguridad y evitando, el uso masivo de automóviles particulares, que agravaría los problemas de calidad del aire en las ciudades. Medidas de este tipo están siendo adoptadas por ciudades como Berlín, Milán, París o Bogotá, recuerdan desde el ministerio.

Ribera hace alusión a los estudios científicos que asocian la contaminación atmosférica a un mayor impacto de la covid-19. Y recuerda que en las circunstancias actuales estamos viendo cómo las obligadas restricciones en materia de movilidad han mejorado sustancialmente la calidad del aire en España. En este contexto, el Gobierno considera que las expectativas de salida de la crisis sanitaria ofrecen una oportunidad para impulsar un cambio en las pautas de movilidad en los núcleos urbanos que haga posible un aire más limpio y mejores condiciones de vida para los ciudadanos.

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