La vuelta completa a la normalidad laboral de los funcionarios y las funcionarias de la Generalitat todavía está lejos y carece de fecha señalada en el calendario, pero el Gobierno autonómico se ha puesto ya manos a la obra para diseñar la desescalada de este personal, un proceso de vuelta al puesto de trabajo que será progresiva y con fuertes medidas de protección. Turnos de mañana y tarde, prórroga del teletrabajo, sobre todo para los colectivos más vulnerables, distancia de un mínimo de dos metros entre el personal y uso voluntario de mascarillas e incluso también de equipos de protección (epis) para quienes lo necesiten son algunas de las propuestas en las que ya está trabajando la Administración y los sindicatos con el fin de garantizar la salud de la plantilla.

La consellera de Justicia y Administraciones Públicas, Gabriela Bravo, mantiene estos días reuniones de trabajo por videoconferencia con los sindicatos para consensuar las condiciones de esta vuelta gradual del funcionarido a los edificios públicos que albergan la sede de las diferentes conselleries, una reincorporación que será posible mediante un plan de acción con normas generales para toda la plantilla, pero que tendrá que adaptarse a las peculiaridades de cada conselleria.

Función Pública ha pedido a las distintas subsecretarías una radiografía sobre sus puestos de trabajo para identificar qué medidas concretas de seguridad necesitan todos y cada uno de ellos. Este estudio deberá ser validado por el Invassat (organismo encargado de la seguridad y salud del funcionariado) y sometido a acuerdo sindical. Una vez resuelto este trámite la idea de la conselleria es comenzar a aplicarlo, pues la situación de mayor control de la epidemia permite ya el regreso del personal a sus puestos, que, como en el resto de la población, será progresivo según las condiciones de salud lo permitan.

El punto de partida es la «reincorporación gradual y progresiva» del personal empleado público, que en todo caso, tendrá excepciones. En una primera etapa quedarán libres de la vuelta al trabajo presencial determinados colectivos de riesgo, entre ellos, los mayores de 60 años, las embarazadas o aquellas personas con enfermedades previas, como la diabetes o con problemas cardiovasculares. Una exclusión que sindicatos y conselleria comparten, según las reuniones celebradas ya con UGT, Comisiones Obreras y CSIF y que hoy finalizarán con Intersindical.

Otra de las claves es la flexibilidad de jornada y de horarios con el fin de evitar la concentración de trabajores en un espacio reducido para que se pueda respetar la consigna de distancia de dos mestros entre un puesto de trabajo y otro. Es más la idea de que cada empleado trabaje en una mesa propia. La conselleria trabaja con la idea de poder establecer dos turnos, uno de mañana y otro de tarde, que sería rotatorio, según las conversaciones previas. En todo caso, como se trata de una reincorporación progresiva, el teletrajo continuará en muchos casos, como por ejemplo para quienes tengan mayores o menores a su cargo. Además, se tratará de habilitar zonas de entrada y de salida distintas para evitar la concentración.

La conselleria que dirige Gabriela Bravo plantea también incidir en la higiene y desinfección a los centros de trabajo. Desde la conselleria se insiste en que la futura desescalada pasa por adecuar las medidas en función del puesto de trabajo. De ahí que, como ya hizo en el inicio del estado de alarma, las subsecretarías de cada conselleria tendrán un papel determinante a la hora de adaptar las medidas de seguridad a las circunstancias de su plantilla. Es importante identificar el número de puestos de trabajo de atención al público, ya que la idea es instalar mamparas. Para evitar la afluencia masiva se potenciará la cita previa por internet.