Hay crisis interna en Podemos. La decisión del vicepresidente segundo del Consell, Rubén Martínez Dalmau, de destituir a la directora general Àngela Ballester no ha sido bien acogida por diversos sectores del partido. Distintas voces piensan que el momento elegido no es el adecuado porque proyecta una nueva crisis interna cuando la pandemia debería ser la única prioridad y también porque afecta a una cara relevante en los años de existencia de Podemos. En el primer cese que Dalmau anunció el pasado mes de diciembre, la gestora de Podemos no puso objeciones, pero con Ballester no ha ocurrido lo mismo.

Ahora hay debate. Incluso sobre las prerrogativas que tiene la gestora para decidir sobre los nombramientos en el Consell, porque esta cuestión no está estipulada en las normas por las que se rige Podemos. Dalmau tiene previsto llevar al pleno del Consell la destitución, pero la gestora no ha logrado consensuar ni un comunicado sobre lo ocurrido ni hubo acuerdo el lunes para firmar el acta de la reunión de esa dirección provisional, de la que forman parte, entre otros, la actual síndica, Naiara Davó, y la aspirante a secretaria general, Pilar Lima.

Diferencias en la gestora

Varias fuentes admiten que hay muchas reticencias en la gestora a avalar el cambio que Dalmau tiene decidido de Ballester por la profesora de la Universitat de València, Adoración Guamán.

Fuentes de la gestora señalan que se puede entender que el vicepresidente decida cambios en sus equipos, pero la dirección provisional no ha participado tampoco en la decisión sobre la sustituta, lo que también ha generado malestar. En la gestora hay siete personas, pero ante la ausencia de Ballester son seis y en algunos momentos ha existido igualdad de fuerzas.

Ballester es la referente del errejonismo en la Comunitat Valencia por lo que se ha quedado en tierra de nadie desde la salida de Podemos del exnúmero dos.