Un estudio de la Universitat de València sobre el impacto de la crisis sanitaria en los pisos turísticos confirma que un 20 % de los alojamientos por días de la capital del Túria se ofrecen para alquileres temporales de tres meses. El análisis califica la nueva modalidad de arrendamiento como «alquiler covid» y precisa que algunos están dirigidos directamente a personal sanitario. Como informó este periódico hace un mes y medio, el desplome de la llegada de turistas ha obligado a decenas de propietarios de pisos de arrendamiento por días a destinarlos a alquileres por temporada.

La Cátedra de Economía Colaborativa y Transformación digital de la Universitat ha comparado los anuncios de Idealista y los de la plataforma Airbnb en la primera etapa de la cuarentena en València y ha concluido que no hay un trasvase de pisos turísticos al mercado residencial a largo plazo. Sin embargo, «advertimos la aparición de anuncios en Idealista con características muy similares a los pisos que se alquilan en Airbnb, especialmente respecto a su localización (los barrios más céntricos) y las características de las viviendas (el tamaño y el número de habitaciones)», subraya el análisis.

El estudio incide en que a la vez «destaca la aparición en Idealista de un 'alquiler covid' que bajo diferentes formas, como el requisito de ser personal sanitario, solo se ofrece para alquiler residencial de manera temporal. En torno al 20 % de los anuncios de Idealista publicados en los últimos 32 días declara la voluntad de los arrendadores de realizar alquileres temporales. El 18 % de los anuncios analizados en Airbnb muestra falta de disponibilidad en los meses de abril, mayo, junio y julio o bien la exigencia de reservas mínimas para estos meses de entre 15 y 20 días».

Los responsables del informe recuerdan que el alquiler turístico tiene una rentabilidad de entre el 100 y 200 % superior a la que ofrece el arrendamiento tradicional, «lo que podría explicar que las empresas especializadas se hayan resistido de momento a retirar las propiedades que gestionan del mercado turístico. A causa de esto, no se ha producido una bajada significativa en los precios de alquiler».

Los autores del estudio subrayan que la estrategia que han adoptado los gestores profesionales de vivienda pasa por alquilar los «alojamientos por un periodo igual o superior a los treinta días desde abril a julio. Es decir, se trata de un arrendamiento de duración significativamente superior a las dos o tres noches de la reserva mínima que suele emplearse en el alquiler vacacional en Airbnb que les ofrecen mayor rentabilidad».