Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Avanza el pacto político

El acuerdo valenciano para la reconstrucción social y económica da sus primeros pasos frente a la confrontación en Madrid - Puig encarga al IVIE un informe sobre el impacto de la crisis que será el punto de partida para la comisión de las Corts

Avanza el pacto político

El gran pacto para la reconstrucción de la Comunitat Valenciana que el presidente de la Generalitat ofreció la semana pasada en las Corts a todos los grupos parlamentarios avanza lento, pero, al menos de momento, sin descarrilar. Mientras otras autonomías no se han librado del rifirrafe político y el propio Pedro Sánchez tiene serios problemas para atraer al PP de Pablo Casado a un gran acuerdo (la bronca política en Madrid fue ayer de alto voltaje), la posibilidad de unidad política en territorio valenciano para buscar soluciones a la crisis sanitaria, social y económica sigue viva.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, mantuvo ayer una nueva reunión por videoconferencia con portavoces de todos los grupos políticos de las Corts para avanzar en un pacto que debe cuajar en el propio parlamento a través de una comisión mixta que se constituirá en unas semanas. Puig destacó la «buena disposición» de los síndicos y síndicas, en especial, de los de la oposición, incluido Vox, al que citó expresamente.

Puig comunicó a los grupos que ha encargado al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) un informe de situación de la Comunitat Valenciana ante la crisis derivada de la pandemia y que podrá servir como base para trabajar en la citada comisión parlamentaria. La previsión del presidente es que esta comisión pueda tener sus conclusiones a mediados de julio.

Durante su comparecencia ante los medios de comunicación, Puig dejó claro su interés en que esta unanimidad inicial no derrape a la primera de cambio. De ahí que insistió en que se trata de un acuerdo general con la contribución de todo el espectro político y al que, como ha planteado también la oposición, se sumará a su vez la sociedad civil. El objetivo, señaló, es «contribuir todos en un espacio común a buscar soluciones a las crisis económica y social producidas por la sanitaria». «Situar el interés general por delante y trabajar desde la unidad supone ir en el camino correcto y es ya de por sí un valor añadido», resaltó.

El jefe del Consell planteó un escenario a muchos años vista, ya que los efectos de esta crisis sanitaria se extenderán más allá incluso que la legislatura: «Van a ser años excepcionales, como lo va a ser toda esta década, muy condicionada por los efectos de la pandemia», indicó. No obstante, admitió que el proceso de unidad es complejo y para que sea duradero debe abordarse desde «la humildad y la empatía».

La hoja de ruta pasa por que los distintos partidos comiencen a consensuar la próxima semana durante la diputación permanente su constitución, el plan de trabajo y la metodología.

El interés del presidente de contener lo máximo posible la contienda política, quedó en evidencia con su respuesta a una de las exigencias planteadas por el síndic de Ciudadanos, Toni Cantó, que en esta crisis ha moderado su discurso y sus ataques al Botànic. Ciudadanos, como también planteó hace dos semanas la portavoz del PP, Isabel Bonig, aprieta al Consell con la petición de un plan de adelgazamiento de la Generalitat. Cs, tras la reunión, de Puig, volvió a incidir ayer en esta idea. Preguntado al respecto, el presidente Puig trató de esquivar el enfrentamiento. No está en sus planes aceptar un ajuste de conselleries, pero no descalificó la propuesta, algo que ya había hecho la semana pasada la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra: «Primero, el sano ejercicio deliberativo, de entender qué instrumentos necesitamos para abordar la vía al futuro de la Comunitat. Una vez estudiados los planteamientos, las administraciones tendrán que hacer su propia reflexión», dijo Puig, si bien defendió que «focalizar en esta cuestión un debate de profundidad no parece que sea la vía más razonable».

La percepción de Puig de voluntad de diálogo coincide en parte con las valoraciones de la oposición. Ciudadanos se centró en su idea de tijeretazo, pero sin reproches, mientras que la presidenta del PP, Isabel Bonig, pidió al presidente que presente una desescalada negociada con todos los sectores productivos. Bonig disparó contra el Gobierno central de Pedro Sánchez, al que acusó de causar el caos, pero valoró que Puig le diera la razón en su propuesta de activar las Corts. Vox, por su parte, también se sentará en la mesa de diálogo con la advertencia de que se levantarán si Puig sigue la misma hoja de ruta que Sánchez. Sus exigencias se centraron en los test masivos.

Compartir el artículo

stats