En algunas residencias de la Comunitat donde se detectaron los primeros brotes del coronavirus dentro de centros sociosanitarios, y donde el virus se ha cobrado la vida de un buen número de sus residentes, hay ancianos que en su día dieron positivo en Covid-19 y que llevan más de 40 días confinados en sus habitaciones sin que se les hagan las pruebas pertinentes para saber si están o no curados, han desarrollado anticuerpos, y por lo tanto pueden hacer una vida más o menos normal -con las medidas de prevención oportunas-, dentro del centro. Para muchos de ellos, con alzheimer y otras patologías, las consecuencias de este aislamiento tan prolongado pueden ser devastadoras, según aseguran los propios trabajadores sociales que están junto a ellos dejándose la piel en esta lucha contra la pandemia.

Un ejemplo de ello sería la residencia Santa Elena de Torrent, donde cansados de esperar durante semanas unas pruebas oficiales que no llegan, y tras insistir a la Conselleria de Sanitat para que les permitiera por lo menos acudir a un laboratorio privado, debidamente autorizado y con posibilidades de realizar los test completos, ayer finalmente pudieron someter a todos sus residentes a pruebas PCR doble diana y detección de anticuerpos cuantificados para saber el estado inmunitario de los ancianos y en base a él poder adoptar las medidas convenientes de desconfinamiento en sus habitaciones o mayor aislamiento de aquellos que todavía estén contagiados.

En total se realizaron 52 test a residentes y otros seis a las religiosas que viven en la planta superior del centro. Según fuentes de la residencia, se optó por hacer las pruebas tanto a los 43 ancianos que dieron positivo en su momento como a los nueve residentes que habían dado negativo «para tener una foto fija de la situación real a día de hoy». El coste de cada prueba, que incluye los test PCR y los análisis serológicos, es de unos 105 euros, dinero que costea en su totalidad la gestión de la residencia. «No nos importa el dinero sino la salud de todos los residentes y desde hace semanas llevábamos pidiendo que nos dejaran hacerles las pruebas, costara lo que costara», argumentan desde este geriátrico de Torrent, el primero en detectarse los primeros casos de coronavirus en la Comunitat y uno de los más castigados con una veintena de fallecidos.

La residencia, que se encuentra hospitalizada bajo vigilancia activa del departamento de salud del Hospital General de València, recibió el permiso de la Conselleria de Sanitat para realizar dichos test privados el pasado martes. Concretamente se les decía que tras atender su solicitud «no podemos oponernos a la realización de pruebas por iniciativa propia del centro».

No obstante, en el escrito remitido a la residencia se les especifica que al encontrarse en fase de vigilancia activa nivel dos, con gestión de la propia conselleria de Sanitat, «las decisiones sanitarias, en relación a los internos y trabajadores de la residencia, se tomarán acorde a los resultados de las pruebas pertinentes de seroprevalencia y PCR realizadas por el departamento de salud del Hospital General de València».

De ahí, que no se hayan realizado pruebas al personal de la residencia, aunque sí a todos los residentes al considerar que los resultados, que se tendrán la próxima semana, resultan prioritarios para que los residentes, que llevan más de 30 días confinados en sus habitaciones, algunos incluso más de 40, puedan empezar de nuevo con sus vidas dentro de la residencia, «su casa». «Tenemos la esperanza de que la mayoría hayan superado ya la enfermedad».