Todo era euforia, prosperidad y ambiente de fiesta en FirAll, la Fira de l'All Tendre de Xàtiva celebrada un ya remoto mes de febrero en un mundo que no era este de ahora. La pandemia y el cierre total de la hostelería y de los mercados al detall han acabado con las buenas perspectivas de la segunda campaña. Según alertó ayer la Unió de Llauradors, más del 50% de la cosecha se da por perdida. Calculan que las pérdidas económicas están en torno a los diez millones de euros. Los productores ya están roturando los bancales. El cierre total de hoteles, restaurantes, cafeterías y bares ha sido demoledor. En el epicentro de la producción valenciana, Xàtiva, la tortilla de ajos tiernos es un clásico que no falta en sus bares. Ni en los del resto de la comarca y de comarcas vecinas. Solo eso, da idea del parón en el consumo que supone el cierre de cientos de establecimientos.

David Pardo, productor local, lo corrobora. «Además —explica a Levante-EMV— el all tendre es un producto más de mercados ambulantes, de paradas, de pequeñas tiendas locales... Y ahora la gente solo va a comprar a los grandes», explica. Liquidada la actual campaña, ahora viene la del ajo puerro, indica. La siguiente del ajo tierno ya no será hasta septiembre u octubre, recordaba ayer Pardo.

En un vídeo de la Unió de Llauradors, Pascual Barberà muestra cómo está tractorando sus bancales. «Estamos pasándolos de rotovato —señala— porque estos ajos tenían estar ya recolectados desde hace quince días», pero no hay mercado. Este agricultor se queja de la ruina que ello comporta. En la misma grabación, Enrique Boscà añade que «es muy lamentable» lo que está sucediendo ya que el ajo tierno «requiere mucho trabajo y mucha mano de obra... Pero por esto del covid, como no funcionan los bares ni el ambulante, no tiene venta», añade. Pide a la administración «que nos tengan en cuenta... O al menos que nos den un aplauso también», ironiza.

En la Comunitat Valenciana hay 335 hectáreas cultivadas de all tendre, de las que más de la mitad se concentra en la Costera y fundamentalmente alrededor de Xàtiva. La producción anual es de poco más de cuatro millones de kilos, unos 51 millones de garbas. La Unió reclama ayudas para los productores de ajo tierno, e insta al Ayuntamiento de Xàtiva a que «arbitre algún tipo de apoyo a los productores de un cultivo tan arraigado en la localidad, como por ejemplo podría ser que no se cobre este año el IBI rústico», sugiere.

La Unió recuerda que a principios del pasado año, la Conselleria de Agricultura aprobó la reglamentación de calidad del ajo tierno para distinguirlo con la marca de calidad «CV». Sólo se pueden identificar con esas siglas las variedades Cama Llarga y Cama Curta, recuerdan desde el sindicato.