El comercio de la Comunitat Valenciana afrontó ayer la primera jornada de vuelta a la normalidad como una oportunidad para la reactivación económica. Siete semanas después de que España entrara en estado de alarma por la emergencia sanitaria del coronavirus, las persianas volvieron a levantarse entre la preocupación y el optimismo.

Los comerciantes no se van a rendir, son perseverantes y plantarán cara una vez más a una crisis económica. Su principal fortaleza son sus productos y confían en que la clientela de toda la vida no les abandone. La mayoría abrirá al público a partir del próximo lunes 11 de mayo, siempre y cuando puedan garantizar las medidas sanitarias, pero ayer muchas tiendas empezaron a prepararse porque se prevé un consumo gradual.

La fase 0 de la desescalada ya ha empezado oficialmente, una excelente oportunidad para que la población valenciana consuma en las tiendas de sus barrios, compre flores, vaya a la peluquería o siga adquiriendo su periódico diario.

La apertura de las peluquería se esperaba como agua de mayo, ayer era el comercio más deseado. «Tenemos lista de espera y está todo el mundo con muchas ganas. Nos piden muchas cosas. Color, mecha, tratamiento, cortes, secado... Son servicios completos, tanto en peluquería como estética», explica Virginia Hernansaiz, gerente de un salón de la calle Dama d'Elx de València.

Desde el gremio cifraron en un 80 % los locales de peluquería y salones de belleza que ayer abrieron sus puertas en València. Piden regresar al IVA del 10% para poder hacer frente a la crisis derivada del coronavirus y mantener el porcentaje más allá en el tiempo.

El trato con los clientes que acuden al local, siempre con cita previa, deberá ser individualizado, garantizando una separación física de dos metros. Esta distancia es la que la orden del Gobierno marca como referencia para proteger la salud de clientes y trabajadores. Cuando no sea posible mantener esta separación, deberán instalarse mostradores o mamparas. Trabajadores y clientes deben llevar mascarillas y guantes, un auténtico reto para peluquerías masculinas o barberías.

«Es imposible afeitar a los hombres con mascarilla. Se la quitan y como llevamos las viseras estamos protegidos. Cuando se hacen las patillas, el cliente mueve un poco la mascarilla para que podamos trabajar», apunta Patricia Romero, de Juan Romero Peluqueros. «Es complicado trabajar con el cliente si lleva la mascarilla puesta porque el 80 % de los hombres que vienen nos piden un corte de pelo degradado», añade Evegeny, un peluquero de origen ruso que reside en València desde hace 20 años y trabaja en Barbman, en la calle Alboraia.

Flores por encargo

Hay un comercio de la calle Quart de València que ha pasado por dos pandemias: la de la peste española de 1918 y la de la covid-19 de 2020. Es Flores Lliso, abierta desde 1886. «Esta semana solo atenderemos con cita previa y si viene mucha gente tendrá que esperar fuera porque solo estará permitido el acceso de una persona al local. La gente del barrio está reaccionando bien, nuestra clientela es de toda la vida».

El gremio de las floristerías ha sido uno de los más castigados por el confinamiento, sobre todo en València, por el grave impacto económico que supuso la cancelación de las Fallas. No se han puesto flores ni en los entierros. La cancelación de bodas y comuniones ha dado la puntilla a un sector que espera recuperarse poco a poco.

La hostelería también ha sufrido las consecuencias de la cuarentena. España es el país con mayor densidad de bares del mundo, según un estudio de NPD Group, y los hosteleros ven complicado reabrir con las terrazas al 50 %. Pero ayer algunos locales ya sirvieron comida para llevar previa petición.

«Ahora lo que ofrecemos son arroces para llevar a buen precio. En función de la demanda iremos ampliando servicios», cuenta Víctor del bar Pura Tapa de València. «Hay muchos bares, restaurantes o heladerías que no podrán abrir el día 11 porque no están preparados . Se lanzan muchas propuestas desde la Generalitat o el Gobierno central, pero hay establecimientos que no pueden asumir el gasto para adaptar sus locales», matiza Rubén Leonís, secretario de la Asociación de Hostelería de Benetússer, en l'Horta Sud.

Diez trabajadores como máximo

Confecomerç, la patronal autonómica del comercio de la C. Valenciana, insistió ayer en «la flexibilización de los ERTE y moratorias en la Seguridad Social» para garantizar los puestos de trabajo y adaptar los recursos al proceso gradual de vuelta a la normalidad.

Para la patronal es «imprescindible» que se amplíe el límite de apertura de comercios de 400 m2, para permitir la actividad a ciertas actividades como el mueble o electrodomésticos, que precisan de mayor superficie para poder exponer sus productos. Proponen fijar el criterio de hasta 10 trabajadores como máximo.