El bioquímico Mariano Barbacid, jefe de Oncología del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), lanzaba recientemente la siguiente pregunta: «¿Por qué pueden trabajar ya los obreros de la construcción, así como de otras muchas actividades no estrictamente esenciales, pero no podemos hacerlo los investigadores en nuestros laboratorios?».

Desde que estalló la pandemia, los centros de investigación de las universidades no relacionados directamente con el coronavirus permanecen (salvo excepciones) cerrados al igual que las aulas. Pero cada vez son más los profesores e investigadores que reclaman la reapertura de sus laboratorios, sobre todo desde que el Gobierno está anunciando las fases de la llamada desescalada.

«Tengo amigas con empresas que ya están preocupándose en cuándo abrirán y las distancias de seguridad en sus fábricas, pero en cambio nosotros aún no sabemos cuándo podremos volver a los laboratorios», se quejaba el pasado viernes Carmina Ramírez de Arellano, catedrática de la Universitat de València del área de Química Orgánica. «En cambio la ciencia -añadía la investigadora-, pese a que ahora todo el mundo la está reivindicando, siempre se deja para más tarde y no entiendo por qué mi trabajo nunca es tan importante como otros».

Desde que se declaró el estado de alarma y la universidad cerró sus puertas, Ramírez de Arellano, al igual que la mayoría de sus compañeros, ha estado trabajando desde casa. «¿Pero cómo se puede trabajar una ciencia experimental? ¿Cómo medimos, por ejemplo, las reacciones?», se pregunta la catedrática. «Durantes estas semanas he hecho clases online, me he reunido a través de internet con alumnos para hacer exámenes? Pero también me gustaría seguir haciendo mi investigación, no puedo estar escribiendo y estudiando artículos durante dos meses porque si esas ideas no se ejecutan no sirven para nada», subraya Ramírez de Arellano.

Escrito a la Universitat

Por ello, la investigadora remitió el pasado 23 de abril un escrito al vicerrector de investigación de la UV en el que pedía la reapertura de los laboratorios. Una petición que ya ha recibido el apoyo de investigadores de 16 departamentos e institutos de la Universitat.

«Los proyectos de investigación han quedado prácticamente paralizados, el desarrollo de la investigación en ciencia no es factible en modo telemático y requiere de laboratorios, material y equipamiento que implican nuestra presencia en los puestos de trabajo - explica la catedrática en su escrito-. El desarrollo de la ciencia, vital para nuestra sociedad, es nuestra responsabilidad y debería formar parte del tejido productivo no esencial que se ha de reactivar con mayor urgencia».

Por todo esto, los firmantes solicitan que se establezca un protocolo para la desescalada de la situación actual, que permita la reincorporación presencial de los investigadores en las condiciones que se estimen oportunas.

«Estamos hablando de investigaciones, de reacciones o de resonancias por ejemplo, que pueden ponerse en marcha por solo una persona -subraya la catedrática-. Uno puede estar solo, se pueden hacer turnos en el laboratorio, un investigador puede ir por la mañana y otro por la tarde? Hay muchas formas de solucionarlo, somos gente adulta, seria, capaz de organizarnos y sacar adelante la investigación sin poner en peligro nuestra salud y la de los demás».