Las estimaciones de Bruselas apuntan que para finales del próximo año solo Alemania, Austria, Polonia, Eslovaquia y Croacia habrán recuperado el nivel previo a la crisis del coronavirus. En el caso español, el diagnóstico comunitario apunta a que la industria reanudará su actividad con mayor rapidez que el sector servicios, donde las restricciones se mantendrán más tiempo lo que afectará al comercio minorista, al turismo, el transporte, la alimentación y los hoteles.

Aún así, «las interrupciones en la cadena de valor mundial y una demanda más débil puede impedir una normalización de la industria», alerta el Ejecutivo comunitario en sus previsiones publicadas ayer.

El rebote a partir del 2021 dependerá del grado de normalización de las distintas actividades. «Si a principios del 2021 se levantan todas las restricciones productivas, la actividad debería experimentar cierto repunte durante la primera mitad del año y luego moderarse gradualmente, pero permanecer por encima del potencial en la segunda mitad», sostiene la Comisión. En cuanto al turismo, un sector clave en toda la ribera mediterránea, Gentiloni se comprometió a trabajar «para garantizar» su supervivencia durante este verano.

La radiografía de Bruselas también sostiene que las medidas para apoyar al sector empresarial pueden ayudar a reducir el número de quiebras pero la débil demanda, la elevada incertidumbre, la escasez de liquidez y el deterioro de la rentabilidad se traducirán en una fuerte contracción de la inversión. Los efectos del coronavirus también se dejarán sentir en las exportaciones que retrocederán con fuerza en 2020 debido a las fuertes caídas en la exportación, las restricciones de producción y el impacto al turismo.