Decenas de personas formaron colas ayer a las puertas de la basílica de la Virgen de los Desamparados para entrar a venerar a la patrona a dos días de que se celebren las festividades en su honor. La limitación del aforo del templo, delimitado con unas cintas de seguridad que garantizan el distanciamiento entre las personas, ha hecho que el número de fieles que pueden entrar al mismo tiempo quede muy limitado.