La Policía Nacional y la Guardia Civil aprovecharán la amplísima red de farmacias diseminada por toda la C. Valenciana para detectar víctimas de violencia machista, menores en riesgo de maltrato o alcoholismo e incluso personas mayores desatendidas, aprovechando la cercanía y confianza que suelen generar los farmacéuticos en su trato diario con los clientes más vulnerables.

De hecho, la idea partió hace ahora un año del Consejo General de Farmacéuticos, que sugirió un convenio con la Secretaría de Estado de Seguridad para cerrar un acuerdo de colaboración, tanto para aportar información sobre vulnerabilidades de clientes, como para convertirse en el canal formativo de las fuerzas de seguridad a esos colectivos.

El convenio ha sido firmado ahora y entrará en funcionamiento de manera inmediata. Se trata, según Interior de "reforzar las labores policiales de protección y auxilio a aquellos colectivos sociales más vulnerables, como las personas mayores, las víctimas de violencia de género o los menores de edad en situaciones de riesgo como los malos tratos o el alcoholismo".

Solo en la C. Valenciana, hay 2.356 farmacias (datos de mayo de 2019) repartidas por toda su geografía, lo que da una idea de la capacidad de detección de situaciones de riesgo que permitirá esa colaboración bidireccional.

El proyecto nace de una realidad que ya se tuvo en cuenta para poner en marcha la colaboración de la red sanitaria de atención primaria: los grupos sociales más vulnerables y quienes están sufriendo episodios de malos tratos, violencia machista o abusos sexuales, en cualquier tramo de edad, ven resentida su salud.

Es casi uno de los primeros escalones: buscar fármacos, ya sea en una consulta o en el mostrador de una farmacia. Y en ambos casos -a veces más en las boticas que en los centros de salud-, se genera una corriente de confianza entre usuario y profesional en el que el primero tiende a revelar situaciones al segundo que de ningún modo relataría a un policía, porque su grado de victimización lo mantiene alejado de las oficinas de denuncias, en el caso de víctimas de delitos, o de los servicios sociales, en los casos de abandono o falta de atención a mayores o de personas con problemas de salud mental o adicciones.

Tanto Policía Nacional como Guardia Civil designarán un interlocutor que permita canalizar el intercambio de información con los profesionales del sector y coordinar la realización de actividades formativas recíprocas sobre aquellos riesgos que amenazan la seguridad de los grupos de población más vulnerables.

"Gracias al convenio, los expertos de Policía Nacional y Guardia Civil asesorarán a los profesionales para una mejor detección de esas señales de alarma y se generarán cauces ágiles para que esa información llegue cuanto antes a las unidades policiales adecuadas, de manera que sea posible habilitar cuanto antes medios de prevención o de auxilio", recuerda Interior.

En virtud de ese convenio, firmado por el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, y el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), Jesús Aguilar, Policía Nacional y Guardia Civil "podrán disponer de la colaboración de la red de farmacias comunitarias para difundir mensajes y material divulgativo con consejos de autoprotección y prevención orientados a estos grupos vulnerables, aprovechando la accesibilidad, cercanía y confianza de los ciudadanos en las farmacias comunitarias", concluye el comunicado del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska.

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