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La cuarentena en Europa: universitarios valencianos permanecen en La Haya

Clara, Paula y Ernesto son tres estudiantes que, junto a otros quince españoles, optaron por no volver a España para pasar la pandemia

La cuarentena en Europa: universitarios valencianos permanecen en La Haya

Primero fueron los que residían en Italia, a finales de febrero; en las semanas siguientes, se les unieron el resto, desde el Reino Unido, Francia, Alemania o Bélgica. La pandemia global de la covid-19 ha trastocado por completo la estancia Erasmus de miles de estudiantes valencianos, que han visto cómo la cuarentena se llevaba por delante, de forma inesperada, el que es uno de los cuatrimestres más memorables en la vida de un universitario, y les empujaba a retornar a sus hogares en España.

No obstante, no todos se han visto abocados a este retorno forzoso: también los hay quienes han optado, de forma voluntaria, por quedarse en sus destinos. Este es el caso de Clara Gisbert, Paula Guijarro y Ernesto Pascual, tres estudiantes valencianos de Bocairent, (Vall d'Albaida) Massamagrell, (Horta Nord) y Pego (Marina Alta), respectivamente, que dos meses después del inicio de la pandemia, siguen en La Haya, en los Países Bajos, a la espera de ver cómo finaliza su estancia fuera.

Los tres valencianos forman parte de un grupo de quince estudiantes españoles que, mientras todos los Erasmus volvían en masa, decidieron quedarse en La Haya, capital administrativa de los Países Bajos y conocida por ser la sede del Tribunal Internacional de Justicia.

¿Y qué es lo que les llevó a ignorar el retorno en masa de estudiantes Erasmus y quedarse allí? Para el 12 de marzo, cuando les fueron suspendidas las clases, en los Países Bajos el número de nuevos contagios diarios pasaba de los cien, mientras que en España ya se había sobrepasado el millar.

«Volver a casa en ese momento no nos aseguraba estar más protegidos; y el hecho de movernos también implicaba un riesgo», explica Clara. Paula, por su parte, añade el «miedo» a «ser portadora ya entonces, y contagiar la enfermedad cuando llegase, sabiendo que tal y como estaba el sistema sanitario, hubiera causado más problemas», valora.

Además, la irrupción de la pandemia en los Países Bajos no fue tan traumática: «Cuando en España la gente ya no podía salir a la calle, aquí, menos las escuelas y universidades, prácticamente el resto de servicios permaneció abierto», recuerda Ernesto.

A la precaución que motivó la decisión en primer término se añadió a los pocos días la aplicación de medidas cuarentena de forma generalizada en toda Europa, que redujo en gran medida las posibilidades de volver a casa. Hubo vuelos hasta finales de marzo, pero pronto empezaron a ser excepcionales. «Sería muy difícil volver ahora», explica Clara, «aunque no imposible», matiza.

Por supuesto, la posibilidad les ha rondado la cabeza durante estas semanas. «La seguridad que tienes en casa es difícil encontrarla fuera», valora Paula. «En un momento de tanta incertidumbre como este, nunca sabes cuál es la opción más correcta», añade Clara. Con todo, han mantenido la idea.

Mejores perspectivas

Así, los tres están convencidos de su decisión. También el resto del grupo de quince estudiantes españoles de La Haya. El Erasmus no ha acabado siendo la experiencia que esperaban, pero no albergan dudas al afirmar que su día a día es mejor de lo que sería en España.

Por un lado, el intelligent lockdown aplicado allí ha sido menos restrictivo que el Estado de Alarma decretado en España. Por otro, la vía académica no se ha visto tan afectada: sus clases, que hubieran finalizado de haber retornado a España, han continuado vía online. «Hemos estado hablando con los compañeros que siguen en València, y vemos que aquí se ha podido responder con mayor eficacia a la situación.

Un día después de que las clases presenciales se suspendieran, ya teníamos la materia explicada por los profesores en la plataforma de la universidad», valora Clara, que remarca la «comprensión y preocupación» de los profesores con los estudiantes Erasmus.

La Hague University of Applied Sciences, que comparten los tres estudiantes valencianos —aunque en diferentes facultades—, acabará las clases por Internet, mientras que los exámenes, a partir del 1 de junio, podrían celebrarse ya de forma presencial, según les notificaron.

El contacto con España, por otro lado, ha sido constante estas semanas. Mayor, por supuesto, que el que tendrían en un Erasmus normal: hacen videollamadas cada tres o cuatro días con sus padres. «Su actitud ha cambiado. Al principio querían que volviese a casa, pero ahora están más tranquilos», comenta Paula, ánimo común a los padres de los demás estudiantes. «Y cada domingo hacemos una paella online».

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