La comarca de l'Horta ha sido históricamente pionera en la adopción y defensa de políticas públicas, así como de iniciativas ciudadanas que persiguen la consecución de una igualdad efectiva. Una lucha y reivindicación que tuvo un punto de inflexión con la aprobación de la Ley para la igualdad de mujeres y hombres, en el año 2007. Por ello, esta demanda se ha incluido en los actos conmemorativos del 25 aniversario de la edición de l'Horta de esta cabecera.

Con el objetivo de incidir en la actuación comarcal a este respecto y situar en el centro del debate funciones tan trascendentales como la formación, Levante-EMV organizó el pasado miércoles una mesa telemática con la colaboración de Caixa Popular, Global Omnium y la Empresa Municipal de Tratamiento de Residuos (EMTRE).

Este encuentro virtual contó con la participación de personalidades vinculantes en el ámbito de la igualdad como Maria Such, directora general Institut Valencià de la Dona; Paqui García, presidenta de la Asociación de Técnicas de Igualdad y funcionaria de Alfafar; Reme Alarcón, responsable del Plan de Igualdad de Caixa Popular; Marina Olivares, concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Torrent; Ana Martín, concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Benetússer; y, por último, María Montalt, profesora del Grado Superior de Promoción de la Igualdad en el IES Berenguer Dalmau, en Catarroja.

Un coloquio que estuvo moderado por Laura Sena, delegada de l'Horta de este medio y presentado por Julio Monreal, director general de Relaciones Institucionales de Prensa Valenciana.

Convivencia con el agresor

La declaración del estado de alarma como consecuencia de la expansión del virus SARS-CoV-2, comúnmente conocido como coronavirus, condujo a la población española a cumplir con un obligado confinamiento que incide, colateral y significativamente, en las mujeres víctimas de violencia de género, pues se ven forzadas a convivir con sus agresores. En este sentido, Maria Such reconoció que «además de la gestión ordinaria de la implantación de políticas municipales y autonómicas en materia de igualdad, hemos adoptado medidas excepcionales ante una situación excepcional». Así, desde la entidad valenciana apostaron por un cambio de estrategia: atender presencialmente a las mujeres que atraviesen una situación de urgencia, paralelamente al seguimiento telefónico de las víctimas.

Una atención ambulatoria que pone de manifiesto la relevancia social de la detección y de la intervención, plenamente consolidadas en el gran grueso de los municipios de l'Horta. En el caso de Torrent, capital comarcal, se ha reforzado la atención telefónica y psicológica de forma multicanal. «Era impensable que no estuviéramos al pie del cañón. No se puede hablar de la pandemia sin hablar de igualdad, los municipios debemos estar al lado de las mujeres, somos las administraciones más cercanas a la población», manifestó Olivares, que reconoció que no se ha registrado un repunte de casos, según sus datos.

Un hecho extrapolable a Benetússer, donde no han crecido los casos, pero sí las denuncias desde el entorno de las víctimas por el confinamiento. Según Ana Martín, «se han reforzado los mecanismos de protección con la asistencia telefónica en los centros ambulatorios». No obstante, abogó por «crear un plan para estudiar las denuncias interpuestas, que se agudizan con la brecha digital».

Y es que, la digitalización, como argumentó Paqui García, ha puesto de manifiesto la necesidad de los municipios de trabajar conjuntamente con las Agencias de Desarrollo Local (ADL) de los ayuntamientos para convertir las herramientas digitales en recursos óptimos para las víctimas de violencia de género. «Todo se tiene que tramitar de forma telemática, teníamos que habernos planteado si esas mujeres tenían acceso a dispositivos tecnológicos», indicó.

Del mismo modo, no quiso perder la oportunidad de reivindicar la necesidad de otorgar más recursos a las técnicas de Igualdad para que puedan realizar una «intervención integral», así como actuaciones locales, para apoyar a este colectivo en riesgo y emprender programas formativos que aborden, entre otras temáticas, la violencia sexual o la inserción laboral en áreas masculinizadas.

Y es que, como expuso María Montalt, la función que ejerce el ciclo en Catarroja estructura y asienta principios igualitarios que permiten al conjunto de la sociedad identificar violencias ejercidas, revertir la normalización de la violencia o denunciar la consolidación de privilegios, asumidos por hombres en base a criterios que responden a razones económicas y no a capacidades individuales. «Es muy recomendable que los ayuntamientos incorporen figuras de intervención por su rol de vigilancia para que no nos cuelen retrocesos con el pretexto de conseguir el bienestar y, también, porque la lucha por la igualdad supone, muchas veces, enfrentarse al propio ámbito familiar», dijo, además de recordar que pronto saldrá una nueva promoción de personas formadas en esta materia del IES.

Un claro ejemplo, como manifestó la responsable del Plan de Igualdad de Caixa Popular, se ha visto materializado con el teletrabajo en esta cooperativa valenciana. «Siempre hablamos de flexitrabajo porque nuestro objetivo es salvaguardar la salud de la empresa y las personas y atender la demanda de los clientes. No obstante, desde el punto de vista cultural y social, nuestro reto es ver cómo vamos a efectuar nuestra propia desescalada atendiendo a las necesidades de cada persona sin dejar atrás a las mujeres».

Para Reme Alarcón, «la esfera económica debe proteger a las empresas sociales». Un argumento compartido por el resto de ponentes, que animaron a cuestionar el cambio de roles que genera este trabajo telemático y que supone una doble carga para las mujeres, que compaginan su rol profesional con el de cuidadoras.