La parroquia de Santa María la Mayor de Oliva ha acogido la primera boda en la Safor tras el confinamiento, pero aún en medio de la pandemia del Coronavirus. La ceremonia ha tenido lugar en la más estricta intimidad y seguridad, cumpliendo las normas sanitarias con la única presencia de los cónyuges y sus familiares más allegados.

Mayte Pérez y Javi Párraga, pertenecientes a la misma parroquia, tenían previsto casarse el 30 de mayo, pero ante la crisis sanitaria del Covid-19 tuvieron que cancelar todo lo previsto. Sin embargo, ellos querían casarse en el mes de mayo de este año por ser, según afirman, «una fecha importante para los dos por motivos personales». Así que hablaron con el párroco, Fernando Cremades, el cual siguiendo todas las directrices sanitarias les ha permitido celebrar su unión conyugal.

En la mañana del pasado jueves y ante la presencia de los padres, los hermanos, la abuela y un tío de la pareja, Javi y Mayte se dieron el sí quiero ante el sacerdote Francisco Llorens, encargado de oficiar la ceremonia.

Visiblemente emocionados, los dos contrajeron matrimonio en una mañana lluviosa, «pero ni la crisis, ni la lluvia, ni las estrictas medidas sanitarias, han impedido hacer realidad el día más feliz de nuestras vidas», han comentado, añadiendo que «ya tendremos tiempo de festejarlo con nuestros amigos y seres queridos». Lo importante, dicen, «era casarnos y cuando uno está enamorado no tiene por qué esperar si las circunstancias lo permiten».

Sin lugar a dudas, apunta el sacerdote Francisco Llorens, «Mayte y Javi han demostrado la importancia del amor por encima de todo y han sabido poner en valor que lo más importante en un matrimonio no es la fiesta sino la familia».