El municipio de Benagéber está ubicado en la comarca valenciana de La Serranía, en la subcomarca del Alto Turia. La construcción de un embalse a mediados del siglo XX en su término supuso la desaparición del pueblo antiguo, situado en la margen izquierda del Turia. El pueblo quedó bajo las aguas del pantano, junto a las mejores áreas de cultivo. La capital municipal fue trasladada a las inmediaciones del caserío de Nieva, a un pueblo de nueva planta construido hacia 1950, con calles rectilíneas y un plano ortogonal, que acogió a parte de los vecinos. Otros habitantes fueron relocalizados en ubicaciones de nueva planta construidos por el Instituto Nacional de Colonización (INC), como el de San Antonio de Benagéber, población creada ex novo en la finca Masía de San Antonio-Pla del Pou, en el término de Paterna, con capacidad para 70 familias, hoy municipio independiente. Hubo además otros trasladados al nuevo poblado de San Isidro de Benagéber, en la partida Granja de Moroder, con capacidad para otras 60 familias, en el término de Moncada. Finalmente, algunos habitantes fueron reubicados en la Pobla de Vallbona (Camp de Túria).

Apuntes geográficos e históricos

El término posee una extensión de 69,8 km2 y limita al Norte con Tuéjar, al Este con Chelva, al Sur con Utiel y al Oeste con Sinarcas. El núcleo urbano actual se sitúa en el Llano de Nieva a 777 m de altitud. Miguel Asín en su obra "Contribución a la toponimia árabe de España" (1940) indica que la etimología de la palabra Benagéber puede proceder de las voces árabes bina, que significa casa, bin que es hijo, o bani que son hijos y Yabir, que es un nombre propio de persona. Por tanto, podría significar Casa de Yabir, o incluso Hijos de Yabir.

En la Historia de Benagéber publicada por Eliseo Palomares (1983) se señala que su orografía es muy montañosa, con sierras de dirección ibérica fuertemente fracturadas durante la orogenia alpina, a excepción de algunas llanuras como las de Nieva, rellenada con materiales cuaternarios, la Hoya de las Avenas y La Muela, éstas últimas recubiertas con dolomías cretácicas. Las principales elevaciones se encuentran en el extremo meridional, con el Cerro Gordo (1.251 m), el Cerro Chico (1.222 m), el Cerro Talayo (1.200 m) y el Collado del Vallejo de los Mozos (1.116 m). El río Turia atraviesa el término de NO a SE, con gargantas y desfiladeros de paredes verticales, con desniveles entre 200 y 400 m. Sus dos principales tributarios son el Regajo de San Marcos y la Rambla. El Turia se adentra en el municipio de Benagéber desde Tuéjar, en el paraje de los Picarchos. Posee algunos ensanchamientos, generados por el afloramiento de rocas blandas triásicas. Es en estos espacios donde se pudo establecer la antigua población, que estuvo acompañada de algunas huertas y sus respectivos azudes.

Han existido asentamientos desde época íbera, concretamente en la Edad del Bronce como lo atestiguan el poblado ibérico de los Castillejos, las atalayas del Castillar y la Dalta, y el poblado con necrópolis del Punto del Agua. Algunos de estos núcleos siguieron ocupados por los romanos, pero posteriormente fueron abandonados. En tiempos de la conquista de Jaume I, en 1255, Benagéber era una alquería de origen musulmán, dependiente de Chelva hasta 1534. Este rey donó en feudo a don Jaime de Jérica los pueblos del valle de Chelva, con Benagéber como alquería dependiente. La Carta Puebla se concedió el 17 de agosto de 1370. En 1390 Pedro Ladrón de Vilanova la compró y el rey Juan I le otorgó el Título de vizconde de Chelva. Hasta la expulsión de 1609 este territorio fue íntegramente morisco; vivían unas 90 familias. El despoblamiento hizo que el señor territorial don Jaime Ceferino Ladrón de Pallás otorgase Carta de Repoblación el 25 de mayo de 1610. Fue repoblada con 9 familias de cristianos. Hasta 1865 perteneció al ducado de Villahermosa, con quien los vecinos mantuvieron numerosos pleitos.

El pantano de Benagéber y la despoblación

La situación actual de despoblación que tiene Benagéber se debe a varias causas, pero la principal fue la construcción del pantano. La población se vio obligada a reubicarse en diversas localizaciones. En 1910 contaba con 656 habitantes y en 1940 tenía 746. Durante la construcción del embalse la población aumentó hasta los 1.851 habitantes, debido a los trabajadores que se asentaron en este territorio. Finalizada la obra, parte de la población partió. Así en 1960 contaba solo con 547 vecinos. Desde entonces ha seguido ese descenso, agravado por la emigración y éxodo rural. En la actualidad cuenta con apenas 190 habitantes y su densidad demográfica es una de las más del territorio valenciano: 2,7 hab/km2. El poblado del Pantano o las Colonias, que eran las viviendas de los trabajadores que participaron en la construcción del embalse, se utilizan como lugares de vacaciones actualmente, lo que ha hecho incrementar ligeramente el número de empadronamientos en la localidad.

El proyecto de construcción del embalse de Benagéber se aprobó en 1931 por la Dirección General de Obras Hidráulicas. El pantano no se finalizó oficialmente hasta 1952. Ocupa la mayor parte del tramo del Turia en Benagéber así como de los barrancos del Regajo y la Rambla. Esta obra hidráulica participa en el abastecimiento de agua a Valencia y su área metropolitana, además permite el riego de extensas áreas en L'Horta y el Camp de Turia. También se utiliza para la producción de energía hidroeléctrica, pues sus dos turbinas permiten alcanzar una potencia de 19,00 MW. El embalse se utiliza además para actividades recreativas como son la pesca, el baño y la navegación. Se ha acondicionado un área de acampada en sus inmediaciones.

La cuenca receptora del embalse es de 4.200 km2, tiene una capacidad de almacenamiento de 228 Hm3, y ocupa una superficie de 722 Ha. La aportación media anual del río es de 331 Hm3.

Benagéber, hoy

La actual población, se alzó en los años cincuenta del siglo pasado por el Instituto Nacional de Colonización, estructurada como los pueblos de colonización que se construyeron en España a partir de los años cuarenta del siglo pasado. La iglesia parroquial está dedicada a la Inmaculada Concepción y se inauguró en 1954; junto a la población se alza la ermita de San Isidro.

La economía de Benagéber ha sido tradicionalmente agraria y forestal. Los bosques ocupan tres cuartas partes del término y hasta el primer tercio del siglo XX algunos habitantes se dedicaban a la conducción de maderadas por el Turia. Entre octubre y abril aprovechaban las aguas altas del río para transportar la madera talada en dirección a Valencia, flanqueando las estrechas gargantas. Los regadíos tradicionales se localizaban longitudinalmente, abrazados al río en una superficie de unas 50 Ha, con acequias por ambas márgenes de su cauce. Las aguas del embalse anegaron completamente el sistema. La agricultura de secano ha sido una actividad económica habitual, aunque la despoblación y el éxodo rural la ha reducido a apenas 160 Ha en la actualidad. Los cultivos más extendidos son los cereales, trigo y cebada, que en su conjunto ocupan 90 Ha. El viñedo se extiende por unas 60 hectáreas, cuya producción se vinifica.

A pesar de la dispersión de sus habitantes motivada por la construcción del pantano, los vecinos de Benagéber conservan en su memoria algunas celebraciones tradicionales: a San Antón, a los Santos de la Piedra, a San Isidro, a San Roque, a la Asunción de la Virgen. Celebra también la Feria de los Pueblos Amigos, una oportunidad para la confraternización, la muestra y participación en usos y costumbres. Su gastronomía es característica del interior valenciano, en donde toma protagonismo los derivados de la matanza del cerdo, la olla de pueblo y el gazpacho, junto a la caldereta de cordero. Y entre sus dulces destacan el turrón de rosas y las migas dulces.

En 2019 la UNESCO ha aprobado la Reserva de la Biosfera del Alto Turia, que incluye además de Benagéber los municipios de Casas Altas, Casas Bajas, Chelva, Santa Cruz de Moya, Aras de los Olmos, Titaguas y Tuéjar. Existen numerosos parajes con un gran atractivo ecológico y paisajístico. Este patrimonio natural permite que el sector turístico haya supuesto una fuente de ingresos adicional, debido a la calidad medioambiental del entorno y a las actividades que se pueden realizar en el mismo (senderismo, acampada, actividades acuáticas?). Además de la Reserva de la Biosfera dispone de otras figuras medioambientales de protección como son los Lugares de Interés Comunitario (LIC) del Alto Turia y de la Sierra del Negrete y la Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA) denominada del Ato Turia y Sierra del Negrete.