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Los Franciscanos de Gilet crean un canal de cocina anticrisis

El padre Ángel realiza todas las semanas una propuesta culinaria austera pero de calidad asequible para todos los bolsillos y con productos de la zona

Los Franciscanos de Gilet crean un canal de cocina anticrisis

La pandemia, el confinamiento y la situación de crisis económica actual han sido los elementos motivadores del canal de cocina que ha puesto en marcha los hermanos franciscanos del monasterio de Sant Esperit de Gilet.

Una cocina de valores, propios de esta comunidad religiosa, como la «austeridad, la simplicidad, o la sencillez» que condimentan cada una de los platos del padre Ángel Serrano, el maestro en los fogones de la hospedería del monasterio, una persona bastante conocida en el mundo culinario por preservar las recetas del fraile Altamiras del siglo XVIII.

El objetivo de esta iniciativa es mostrar una «cocina alternativa, adaptada a los tiempos de crisis que vivimos, sana y de calidad», explicaba el religioso. Recetas con las que la comunidad transmite «el respeto a la naturaleza y sus tiempos» con la utilización de productos de temporada, de la tierra, que se pueden encontrar en cualquier pequeño comercio, contribuyendo así a «revitalizar este sector al mismo tiempo que apostamos por los productos de proximidad».

Propuestas culinarias que podemos conocer todos los lunes en el canal de Youtube, que los frailes han creado para la ocasión.

Entre éstas encontramos sopa de ajo, también conocida como sopa castellana o un guiso de conejo con patatas. Platos ricos y sabrosos, de bajo coste y que se ajustan a los bolsillos resentidos por la situación actual.

El padre Ángel cuenta con más de 1.400 seguidores, entre los que se suman niños, a los que también quiere hacer llegar su cocina, de ahí las recetas de rosquilletas y las magdalenas conventuales, para «hacerles más llevadero el confinamiento , evitar que se aburran, a la vez que aprenden a cocinar». «Cocina para los tiempos que corren, aprovechando lo que tenemos en casa y si no contamos con los ingredientes necesarios, bajamos a la tienda de al lado a adquirirlos».

Esta cocina casera y tradicional lleva a miles de comensales hasta la hospedería del monasterio cada año, servicio que permanece cerrado dede que se decretó el estado de alarma y que «tardaremos en abrir dados los requisitos que se necesitan para ello».

Al igual que sus platos, el padre Ángel también utiliza un menaje muy sencillo y austero para servirlos y cocinarlos, principalmente cuencos de barro, platos de loza y utensilios de madera, propios de la filosofía de vida que caracteriza a esta comunidad. Como también son los medios de los que dispone para grabar sus recetas. «Simplemente un móvil», desvelaba el franciscano, eso sí, «mucha ayuda de los hermanos y las instalaciones de la hospedería», aclaraba el padre.

Precisamente el cierre de ésta, que era la principal fuentes de ingresos del monasterio, les ha llevado a buscar alternativas para mantenerse y poder hacer frente a los gastos fijos que tienen y la cocina ha sido una salida. Por eso, desde este domingo, la comunidad cocinará paellas por encargo y venderá raciones de este plato típico valenciano a seis euros.

Según han confirmado desde el monasterio ya son varios los encargos que tienen para hoy domingo, por lo que la iniciativa ha sido bien acogida.

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