El presidente de la Generalitat anunció ayer la contratación de «mil personas» para ayudar en el rastreo de los nuevos casos positivos por coronavirus que se registren. Una medida fundamental para frenar cualquier posible brote y que permite rastrear las personas con las que ha podido contactar cualquier contagiado por la covid-19, para no perder la trazabilidad de los contagios y aislar los nuevos positivos. Éste era uno de los flancos más débiles del plan de desescalada presentado por la Generalitat al Ministerio de Sanidad.

Durante la pandemia sólo se ha podido identificar contactos estrechos de 254 casos en la Comunitat Valenciana, cuando la cifra de contagiados asciende a 10.893 personas (si se tiene en cuenta sólo los confirmados mediante pruebas PCR, las más fiables). De hecho, únicamente se ha podido localizar a 559 contactos estrechos de los casos a los que se ha podido seguir la pista para prevenir más contagios, según admite la Conselleria de Sanidad en el «Informe de las capacidades estratégicas sanitarias dentro del plan de transición hacia una nueva normalidad» entregado por la Generalitat al ministerio el pasado 6 de mayo. De media, entre el 40% (Alicante y Castelló) y el 36,5 (València) de personas cercanas a un contagiado también dan positivo por coronavirus.

De hecho, en el mismo documento se admite que en la mayoría de áreas sanitarias de la Comunitat Valenciana casi el 100% de los casos nuevos de covid-19 no son contactos de casos confirmados conocidos. Un porcentaje que sólo lograban reducir el departamento de salud de la Plana (97,9%), Sagunt (94,9%), el Arnau de Vilanova-Llíria (97,6%), Requena (92,3%), Alcoi (95,3%), la Marina Baixa (96,9%), Alacant-Sant Joan d'Alacant (98,8%), Elda (96%), Alacant Hospital General (98,9%), Elx-Hospital General (94,8%), Elx-Crevillent (98,7%) y Torrevieja (97,4%). Unos porcentajes que demuestran que sólo se conoce entre el 6% y el 2% del origen de los casos.

De hecho, la Conselleria de Sanidad admitió a finales de abril que se pudo controlar la evolución del coronavirus en la Comunitat Valenciana desde el 25 de febrero que se registró el primer contagio hasta el 14 de marzo. Fueron días vitales en los que los trabajadores de Salud Pública «fueron capaces de detectar la propagación [de la covid-19]. Evaluar, identificar y aislar los posibles contactos. Todos los casos eran importados del norte de Italia. Y dio sus frutos para tener controlada la expansión del virus en su fase inicial», según aseguró la consellera de Sanidad, Ana Barceló, en su comparecencia del pasado 23 de abril.

La situación se descontroló apenas cuatro días después de que la Generalitat decidirá suspender las Fallas y la Magdalena. «Fuimos capaces de mantener la trazabilidad de los contagios hasta el 14 de marzo, cuando se inició el estado de alarma», admitió Barceló, al comparecer, a petición propia, en la Diputación Permanente de las Corts para dar cuenta de su gestión de la pandemia. La trazabilidad de los contagios, el rastro del virus, comienza a recuperarse dos meses después, como se ha visto esta semana en el área de salud de la Ribera donde se detectaron nuevos casos y se pudo realizar un seguimiento de los nuevos contagios.

Aunque esta tarea necesaria y tan importante la realizaba hasta ahora la red de vigilancia epidemiológica de la Conselleria de Sanidad que ha pasado de 66» trabajadores al principio de la pandemia a «270 profesionales durante el mes de abril», según anunció la consellera de Sanidad, Ana Barceló, el pasado 7 de mayo. Una cifra claramente insuficiente para afrontar una segunda oleada de contagios, que todos los científicos dan por segura el próximo mes de otoño. Las mil contrataciones aliviarán el trabajo que afrontan desde la semana pasada los médicos de primaria, la primera avanzadilla contra el coronavirus y que, hasta ahora, son quienes realizan el rastreo de los contactos del contagiado, según confirman a Levante-EMV varios galenos.