El punto final de la desescalada, la llamada nueva normalidad, llegará en uno de los meses más cálidos del año. Si se cumplen las previsiones del Gobierno, será a partir de finales de junio cuando algunas provincias den por finalizada la salida paulatina del confinamiento y coincidirá de lleno con el inicio de la temporada estival en un país que disfruta y vive del sol y la playa.
Será en la fase 2 cuando los valencianos puedan volver a disfrutar del litoral de la Comunitat, según recoge el Boletín Oficial del Estado del pasado sábado 16. Esta medida, que se aplicará a nivel nacional, permitirá disfrutar de las playas respetando siempre las "medidas de seguridad e higiene", teniendo especial relevancia la distancia de "al menos, dos metros" en grupos de "máximo quince personas".
Los bañistas "deberán hacer un uso responsable de la playa" pero ya se permitirá realizar "actividades deportivas, profesionales o de recreo, siempre que se puedan desarrollar individualmente y sin contacto físico", según se refleja en el BOE. Algunos consistorios han querido anticiparse al más que previsible momento en el que los vecinos de localidades de toda España se encaminen hacia las playas para broncearse.
En la localidad gallega de Sanxenxo, el ayuntamiento ha previsto ya la división de sus playas en parcelas perimetradas para permitir el disfrute vecinal sin romper las medidas de seguridad. La idea permitirá la ordenación de su casi un kilómetro de extensión en cinco sectores, sobre los cuales se establecerán cuadrículas de 3x3 metros acotadas con postes de madera y cuerda, pensadas para dos personas, pero ampliables en función del número de personas que acudan juntas a la playa, según informa Ana Lopez.
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Esta medida supondrá una reducción que oscilará entre el 25 y el 50 % del espacio habitual del que pueden hacer uso vecinos y turistas. Sin embargo, parece mucho más realista y realizable que la que realizó una empresa italiana al Ministerio de Cultura y Turismo del país transalpino en la que se planteaba la creación de cubículos de plexiglás para mantener la distancia social. Pese a que la idea de delimitar las zonas parece la única solución para volver a las playas pese al coronavirus, encerrarse en pleno verano entre mamparas de metacrilato evitará los contagios pero disparará los golpes de calor.
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En esta misma línea, el ayuntamiento de Canet d'En Berenguer ya trabaja en la separación por parcelas de la playa como informaba este diario hace unos días. Sin una medida unánime de aplicación nacional, será cada municipio costero quien decida cómo organiza sus playas. Lo que parece evidente es que este año, más que nunca, habrá que organizarse para conseguir un trozo donde poner la toalla en la arena.
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