Los dos concejales de la Ribera que fueron vistos eludiendo el confinamiento la pasada semana descartan dimitir, pese a que uno llegó a ser amonestado por la policía. Se trata de Juan Albert, de Carcaixent, y Bertomeu Bohigues, de l'Alcúdia.

Albert reconocía ayer su error: «Pido disculpas. Acudí a una propiedad familiar que se encuentra en el linde con la Pobla Llarga para comprobar que todo estaba bien. Al volver al coche, me saludó un vecino de Carcaixent que tiene un bar allí y me quedé a comer». El edil dará estas explicaciones y cuantas más se le requieran hoy, en una comisión informativa previa al pleno de este mes, que abordará dicha cuestión ya que Units Per Carcaixent ha presentado una moción que plantea su destitución y la retirada de competencias. El escrito sostiene que acudió a La Pobla para «comerse un arroz acompañado de amigos», versión que niega en rotundo Albert. «Acudí solo al local y allí se encontraban dos o tres personas más, todas guardando las distancias. En ese momento sólo pensé que comiendo allí ayudaba a un vecino del pueblo que está pasándolo mal», defiende.

El edil de Carcaixent no se plantea dimitir. Tampoco Bohigues, que ayer se reunió con el alcalde alcudiano, Andreu Salom, tras ser denunciado por un policía local por saltarse la orden de confinamiento y por faltar al respeto a un agente de la autoridad, según consta en el boletín policial. El edil, que alega que fue interceptado cuando recorría las calles para vigilar el estado del alumbrado público, ha recibido el respaldo del Grupo Socialista.

Salom, por su parte, reclamó ayer la apertura de una investigación interna para conocer si la filtración del boletín de la denuncia es constitutiva de delito. Asimismo, pidió a la oposición y al resto de sus vecinos que se respete la presunción de inocencia. Bohigues llegó a plantearse la dimisión como concejal para no perjudicar al gobierno socialista, que ostenta la mayoría en l'Alcúdia.