Los comercios de la calle Colón de València abrían ayer la persiana a las diez de la mañana con clientes en la puerta. Era el primer día de la fase 1 y los vecinos no dudaron en salir a pasear por una calle Colón que despertaba entre empleados de las tiendas colocando cintas en el suelo para marcar las distancias de seguridad y clientes ataviados con sus mascarillas y dispuestos a realizar sus primeras compras sin necesidad de cita previa.

«Desde las 9 de la mañana estamos recibiendo llamadas porque la gente quiere saber si estamos abiertos. A las 10 horas hemos abierto las puertas y han entrado 9 personas y tenemos aforo para 35. Tenemos geles, higienizamos las prendas constantemente y desinfectamos el probador cada vez que entra un cliente», explicaba la responsable de una de las tiendas más transitadas del grupo Inditex en la calle Colón, una de las que más clientes reunía a primera hora de la mañana a pesar de estar abiertos desde la semana pasada.

Clientes con mascarilla

La gerente de Snipes, Jenifer, explicaba ayer que los empleados estaban nerviosos ante el primer día de apertura. «Todos los clientes entran con mascarilla y son cuidadosos. Las medidas de seguridad están preparadas y la verdad es que se nota que hay ganas de regresar a la normalidad. Nuestro primer cliente ha comprado calzoncillos», explicaba Jenifer. Junto a la caja, Carlos Romero marcaba su número secreto en el datáfono tras realizar su pertinente compra. «He salido a comprar un regalo, unas zapatillas. Traía mi mascarilla y aquí me han dado unos guantes pero tenía el regalo pendiente y así mira, una cosa menos», afirmaba joven estudiante de 22 años.

Al salir de la tienda está Alfredo de la Rosa, también de 22 años. Pasear arriba y abajo por la calle Colón pero no piensa realizar compra alguna. «No puedo comprar, no tengo dinero... El estado de alarma me pilló con trabajo como chef en las cocinas de un restaurante pero hubo despidos y sin finiquito ni nada me vi en la calle y ahora tengo problemas con el Sepe para cobrar así que entre mis planes está pasear pero nada de consumir porque no puedo. He agotado todos mis ahorros, esta situación es muy complicada», afirmaba el joven, sin redes familiares en València.

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Justo enfrente, en Lush Fresh Handmade Cosmetics, el negocio se ha reinventado. Los clientes ya no entran en la tienda y el responsable, Esteban, explicaba que la calle Colón «ya va recobrando la vida». «Nosotros atendemos ahora tras la mampara y hemos reforzado los pedidos por la web y las consultas online», explicaba. En Rituals, ya había cola a los 10 minutos de abrir la tienda. «El local es pequeño así que solo pueden estar 5 clientes y dos trabajadoras, pero la gente está siendo responsable y aguarda su turno manteniendo las distancias», explicaban las empleadas.

Del centro a la periferia

Conforme avanzó la mañana la calle Colón regresó a la vida con restricciones. Así vecinos paseando con sus bolsas de la compra aseguraban a Levante-EMV que habían salido, principalmente, «a hacer devoluciones de cosas que compramos por internet durante el confinamiento» y los «regalos pendientes» de cumpleaños y celebraciones varias. También hubo quien reconoció que estaba «loca por comprar, aunque sea una camiseta» y quien negaba cualquier posibilidad de consumo ante una economía mermada.

Los comercios del centro que son más específicos también abrieron ayer sus puertas sin uno de sus clientes clave: los turistas. Vicente Benlloch Caballer es la tercera generación en el arte de pintar abanicos a mano. «Esta mañana nos ha llamado una clienta para restaurar un abanico. Hay clientes fieles que son nuestra tabla de salvación porque turistas no habrá y eso significa perder mucha clientela», reconocía el dueño de Abanicos Vibenca, que ha abierto su taller a la calle. Para Rafa Solaz, propietario de una librería con su mismo nombre, el futuro está «en la clientela fiel» y en «apoyar el pequeño comercio».

Las administraciones de lotería también tenían ayer cola en la puerta tras abrir la persiana. «Algunos sorteos comienzan ya mañana (por hoy) como el Euromillón. Ya podemos vender lotería aunque los sorteos se retomarán el 13 de junio», explicaba la responsable de la Administración número 35 ubicada en la plaza de la Reina.

Pero una cosa es el centro de la ciudad y otra muy diferente, el comercio de barrio. Por ello, en los barrios de la ciudad, proliferan las campañas para que los vecinos apuesten por el comercio local y consuman en las zonas donde viven sin necesidad de desplazarse porque «hay de todo y ahora es necesario que el vecino esté comprometido con el comercio de su barrio porque si no nos hundiremos todos».